Zurich. Urgida de patrocinadores para la Copa del Mundo de 2018 tras una serie de escándalos de corrupción, la FIFA volvió a encontrar ayuda en China al lograr un acuerdo comercial con la firma de electrodomésticos Hisense.
El acuerdo por 16 meses anunciado el jueves por la división británica de Hisense es inusualmente corto para la FIFA, que normalmente busca pactos comerciales por un ciclo de al menos dos mundiales.
Hisense pactó un acuerdo de la segunda categoría mundial como patrocinador oficial de televisores sólo para la Copa Confederaciones de este año y la Copa del Mundo de 2018 en Rusia.
La FIFA ahora tiene 10 patrocinadores para el Mundial, y todos los contratos nuevos han salido de China y Rusia. Todavía hay 24 puestos vacantes en un plan de mercadeo que incluye una nueva tercera categoría que otorga a los patrocinadores sólo derechos regionales.
Hisense, que también patrocinó la Eurocopa de 2016 en Francia, no divulgó detalles financieros.
«A través de los años, Hisense ha adquirido mucha experiencia y ha experimentado un sólido crecimiento en el reconocimiento de su marca a través de patrocinios deportivos», dijo el presidente del Grupo Hisense, Liu Hongxin, según el comunicado divulgado por la FIFA.
«Estamos honrados por participar en nuestro mayor reto hasta ahora… y creemos que esta competencia aumentará enormemente el reconocimiento global y el valor de Hisense como una marca internacional», agregó.
Cinco patrocinadores importantes no renovaron sus contratos con la FIFA después del Mundial de 2014, incluyendo Sony.
Los funcionarios de mercadeo de la FIFA han admitido que algunos acuerdos comerciales se han visto afectados por las investigaciones de corrupción que realizan las autoridades de Estados Unidos y Suiza, y que detonaron en mayo de 2015.
La FIFA no consigue un patrocinador global de primera categoría desde hace más de un año para el próximo Mundial, del que se esperan ingresos por 5.000 millones de dólares.
En marzo de 2016, la empresa china Wanda Group firmó un contrato por cuatro torneos hasta 2030, y en septiembre de 2013, el gigante del gas ruso Gazprom firmó por los mundiales de 2014 y 2018.
La falta de patrocinadores contribuyó a que la FIFA tuviese pérdidas por 122 millones de dólares en 2015, según su más reciente estado financiero.