Buenos Aires. El sindicalismo realizaba el jueves su primera huelga nacional contra el presidente Mauricio Macri, con quien mantiene un pulso por las reformas económicas que, según los gremios, amenazan las conquistas del poderoso movimiento obrero argentino y de profundizarse intensificarían el clima de protestas contra el gobierno.
Sindicatos de distintas actividades productivas y del transporte público, la educación y la salud adhirieron al paro convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal organización sindical, y las dos facciones de la izquierdista Central de los Trabajadores de Argentina (CTA).
El gobierno admitió que la huelga tiene alta adhesión, pero denunció que esconde un «mecanismo extorsivo».
Las fuerzas de seguridad aseguraron el tránsito de las personas que se movilizaron en automóvil para llegar a sus lugares de trabajo en varios accesos a la capital argentina bloqueados por partidos políticos y organizaciones sociales de izquierda. Para ello emplearon carros hidrantes con el fin de retirar a los manifestantes, varios de los cuales fueron detenidos.
Mientras la huelga dejaba varias ciudades sin autobuses y colegios, bancos y aeropuertos sin operar, Macri inauguró el Foro Económico Mundial sobre América Latina con la presencia de cientos de empresarios y bajo fuertes medidas de seguridad.
El presidente ratificó el modelo económico que modificó las políticas populistas de su antecesora, la peronista de centroizquierda Cristina Fernández (2007-2015).
«Para acelerar el crecimiento tenemos que ratificar la convicción de lo que hemos hecho y profundizar las herramientas que aumenten la confianza» en el país tras «años de aislamiento que profundizaron la pobreza», sostuvo.
Asimismo se lamentó de que «siempre se comunica más el conflicto que el acuerdo» y dijo creer «en las mesas de diálogo donde está la política, los empresarios y trabajadores fijando reglas y esfuerzos compartidos».
Por su parte, la CGT, que en otros momentos mostró posiciones conciliatorias con el gobierno, dijo que el paro es «contundente».
El secretario de la central, Pablo Moyano, advirtió que si el gobierno «sigue provocando y no llama a una verdadera mesa de diálogo» las protestas «se van seguir profundizando».
Hugo Yasky, líder de la CTA de los Argentinos, dijo en tanto que con «más de 90% de adhesión… el país claramente plebiscitó el rechazo a las políticas de ajuste del gobierno… y dijo basta de ponerle techo a las paritarias (negociaciones salariales), de aumentos por debajo de la inflación y de los numerosos despidos».
En tanto, Pablo Micheli, titular de la CTA Autónoma, se quejó del «ataque brutal» del gobierno hacia los sindicatos, a los que ha tildado de «mafias».
La CGT y las dos CTA reclaman la protección de la industria nacional ante la apertura de las importaciones, el cese de los despidos, un incremento en los salarios y políticas sociales que mejoren las condiciones de los sectores vulnerables afectados por una inflación que en 2016 trepó a 40%.
La actividad metalúrgica encabeza el ranking de despidos y suspensiones, seguida por el sector automotriz y del petróleo, según el Centro de Economía y Política Argentina.
Horacio Menchaca, un obrero jubilado de 70 años, dijo a The Associated Press mientras participaba en un corte cerca de la capital que Macri «quiere hacer buena letra en el terreno internacional mostrando que el país va a arrancar… esperamos todo un año y no sólo no hay trabajo sino que hay despidos».
Muchas personas decidieron concurrir a trabajar en sus automóviles, que compartieron con vecinos. La etiqueta #YoNoParoEl6, que reunió a disconformes con la medida de fuerza, se convirtió en tendencia en las redes sociales. En el comercio y la administración pública, el paro fue más dispar.
La huelga es el corolario de una seguidilla de protestas protagonizadas por distintos sindicatos contra las «políticas de ajuste» de Macri, quien ha desacreditado la medida al señalar que fue atizada en un año en que se celebran elecciones legislativas y por gremios que obedecen al peronismo. Cuando ese movimiento político es oposición en Argentina se suele valer de los sindicatos como herramienta de presión.
El mandatario tomó una actitud más rígida luego del fuerte espaldarazo que recibió el sábado en masivas manifestaciones en el país. Decenas de miles de personas gritaron consignas contra los supuestos intentos opositores de desestabilizar al gobierno.
En 2016 el desempleo fue de 7,6% y la pobreza de más de 30%. Macri sostiene que después de cinco años de estancamiento y altos índices de inflación la economía crecerá este año y el alza de precios no superará el 17%.