Barcelona. Un mes después de comandar una de las remontadas más improbables, Neymar se ganó el escarnio de la afición del Barcelona con un par de amonestaciones absurdas.

El martes tendrá la oportunidad de redimirse cuando su equipo se mida a la Juventus en el juego de ida de cuartos de final por la Liga de Campeones.

Neymar salió expulsado el sábado a falta de 25 minutos y su equipo abajo por un gol ante el Málaga. Sin él, el conjunto blaugrana cayó 2-0 y dejó escapar una oportunidad de acercarse al líder de la Liga, el Real Madrid, que había empatado 1-1 contra el Atlético de Madrid.

Las amonestaciones de Neymar rayaron en lo absurdo. Una tragicomedia.

El brasileño recibió su primera tarjeta amarilla por agacharse para amarrarse los zapatos sin darle espacio al jugador del Málaga para cobrar un tiro libre. Posteriormente, sabiendo que estaba a un paso en falso de dejar a su equipo con 10 hombres, Neymar derribó a un jugador rival sin una oportunidad real de recuperar el balón.

Si eso no hubiera sido suficiente daño para su equipo, Neymar empeoró las cosas al aplaudirle sarcásticamente al árbitro asistente mientras salía del campo.

La expulsión de Neymar significa que estará suspendido para el próximo juego de liga ante la Real Sociedad, pero su desplante de mala actitud podría valerle una suspensión adicional, colocándolo en riesgo de perderse el encuentro ante el Madrid el 23 de abril, en el que podría definirse el campeonato local.

El árbitro Gil Manzano incluyó los aplausos de Neymar en su reporte a la comisión de competencia de la federación española, que se reunirá el miércoles para decidir su suspensión.

La portada del diario deportivo Sport de Barcelona, resumió la incredulidad de los seguidores del Barcelona al encabezar «IMPERDONABLE» sobre una foto de Manzano mostrándole a Neymar una merecida tarjeta roja.

El técnico blaugrana Luis Enrique, trató de desviar las críticas sobre Neymar al resaltar las decisiones de Manzano.

«Hubo entradas muy feas por detrás de ellos que se quedaron sin tarjetas y otras cometidas por nosotros fueron señaladas con amarillas», dijo el estratega. «El reglamento está para interpretarlo, pero para todos igual.»

Excusas a parte, el delantero brasileño ha gozado de un mes espectacular.

Sus dos anotaciones en el agónico triunfo en los minutos finales del Barcelona 6-1 sobre el Paris Saint-Germain el 8 de marzo le valieron todos los elogios. Con ese resultado, el Barcelona se impuso 6-5 en el marcador global y se repuso de una derrota de 4-0 en el juego de ida.

La actuación de Neymar, a la que bien define como «la mejor de mi carrera», parecía ser un parteaguas para el brasileño de 25 años. Repentinamente, ya no solo era la espectacular comparsa de Lionel Messi; había llevado al Barcelona al triunfo con pura voluntad, como solo un líder podría hacerlo.

Ahora, con la reputación manchada, Neymar viaja a Turín para el juego de ida ante una Juventus a la que ayudó a derrotar hace dos años en la final de la Liga de Campeones, para darle al Barcelona su quinto título continental.