La renta de cabañas con chimenea y redondel de piedras para fogatas nocturnas se ha convertido en la opción ideal para numerosas familias que congestionan en estos días el Pueblo Mágico de Huasca, en donde se ha dado una proliferación de estas casitas rústicas, cuya demanda supera a las habitaciones de hotel.
“Es que son más amplias, caben más personas, muchas tienen cocineta y sobre todo, son más baratas que los cuartos de hotel”, hace notar Jesús Martínez Hernández, quien trabaja en uno de los desarrollos turísticos que ofrece este servicio.
“Pues no tengo el número de cabañas que se han construido en diez años, pero son muchas, por todos lados, y es que los turistas las buscan”, comentó a su vez Felipe Cortés, exdirector de Turismo y prestador de servicios turísticos en ese municipio.
La preferencia se explica cuando se recorren desarrollos ecoturísticos como El Huarichi, en donde los turistas que rentan amplias y confortables cabañas pueden gozar también de una alberca, de senderos para caminar, un restaurante con cocina tradicional hidalguense y un ambiente de paz y tranquilidad.
Es el caso también del desarrollo ecoturístico de Barraca Honda, en donde además de disfrutar de cabañas amplias y confortables, de albercas y chapoteaderos, amplios jardines y restaurante, las familias pueden caminar al cercano Museo de los Duendes.
Nuevos desarrollos, como el de Las Coronelas, limitan sus servicios a cabañas pequeñas y un pequeño chapoteadero, pero se encuentra cercano el centro del poblado.
El precio de una cabaña para dos personas –donde suelen pernoctar familias completas, sin embargo-, es muy variable, y depende de los servicios extras que ofrece el desarrollo. Las hay sencillas y sin más servicios que espacios libres entre cabañas, que se ofrecen en 450 pesos diarios, hasta aquellas con dos habitaciones, albercas, restaurantes y zonas de recreo que se rentan entre 870 y 950 pesos diarios.
“A nosotros nos gusta venir y rentar cabaña porque estas tienen cocineta y vamos al pueblo, compramos alimentos y aquí los preparamos. Además en la noche encendemos una fogata, asamos bombones y ponemos música. Todo muy tranquilo, muy seguro”, comentó Justino Robles Mercado, vecino de la Ciudad de México.
En temporada de Semana Santa Huasca se congestiona por quienes buscan en este poblado, y sus cabañas, la oportunidad de vacacionar a costos muy inferiores a los que ofrecen los destinos de playa, además de disfrutar de amplios y atractivos parajes naturales y sitios de gran interés como Los Prismas Basálticos o las haciendas de Pedro Romero de Terreros, Conde de Regla.