Berlín. Un ciudadano rusoalemán de 28 años fue detenido el viernes en Alemania como sospechoso del ataque contra el autobús en el que viajaban miembros del equipo de fútbol Borussia Dortmund, en lo que las autoridades definieron como un ataque motivado por la codicia.
El futbolista español Marc Bartra y un policía resultaron heridos la semana pasada cuando explotaron tres artefactos al paso del autobús, que se dirigía al estadio para un partido de Liga de Campeones contra el AS Monaco.
El hombre habría pedido un préstamo de una suma de cinco cifras para comprar productos financieros apostando a un descenso en las acciones del club alemán, según dijo la portavoz de la fiscalía Frauke Koehler.
Los investigadores trabajaban para determinar el volumen de beneficios que podría haber adoptado.
El sospechoso, que tenía doble ciudadanía, compró los productos derivados el 11 de abril, el día del ataque. No había indicios de que hubiera recibido ayuda de otras personas, según la fiscalía.
«Podría haberse esperado un descenso significativo en el precio de las acciones si un jugador hubiera sufrido lesiones graves o muerto como resultado del ataque», indicó la fiscalía.
El sospechoso había confiado en ganar millones de euros, explicó Ralf Jaeger, máximo responsable de seguridad en el estado de Renania del Norte-Westfalia.
«El hombre parece haber querido cometer un asesinato por codicia», añadió Jaeger.
Los investigadores encontraron notas en el lugar reclamando la autoría del ataque en nombre de extremistas islámicos, pero cuestionaron rápidamente su autenticidad.
El sospechoso, identificado sólo como Sergej W. cumpliendo con las leyes alemanas de privacidad, fue detenido por un equipo de respuesta táctica de la policía en la zona de la ciudad suroccidental de Tuebingen, indicó la fiscalía en un comunicado.
Enfrentaba cargos de intento de asesinato, provocar una explosión y lesiones graves.
La fiscalía dijo haber logrado rastrear la computadora empleada para comprar las acciones hasta el lujoso hotel de Dortmund donde se alojaba el equipo. El sospechoso también reservó una habitación allí y colocó tres explosivos llenos de metralla en la ruta que tomaría el autobús del equipo hacia el estadio.
«Los dispositivos explosivos se detonaron en el momento óptimo», señaló la fiscalía, indicando que el autobús del equipo contaba con cristal de seguridad, y no reforzado. Las explosiones reventaron varias ventanas del vehículo, hiriendo a Bartra. Un agente que escoltaba al autobús sufrió traumatismos por la detonación.
Tras encontrar en el lugar las tres notas idénticas reclamando la autoría del ataque, los investigadores consideraron en principio la posibilidad de que fuera obra de extremistas islámicos.
Las notas reclamaban que Alemania retirase los aviones de reconocimiento que asisten en la lucha contra el grupo extremista Estado Islámico y cerrase la base aérea estadounidense de Ramstein en Alemania. Pero los expertos señalaron que la carta mezclaba expresiones correctas y complejas en alemán con errores evidentes, lo que sugería que podría tratarse de una pista falsa, al igual que dos reivindicaciones posteriores que apuntaban a extremistas de izquierdas y derechas.
Aun así, un tribunal ordenó que un hombre iraquí de 26 años detenido tras el ataque permaneciera retenido por supuesta pertenencia al grupo EI. El hombre, identificado sólo como Abdul Beset A., habría liderado una unidad de unos 10 combatientes que participó en secuestros, extorsiones y asesinados en Irak, antes de viajar a Alemania a principios de 2016.