Socorro Quezada Tiempo, diputada local del Partido de la Revolución Democrática (PRD), demandó al fiscal del estado, Víctor Carranca Bourget no dejar impunes las denuncias interpusieron por las regidoras del municipio de Tecamachalco, por violencia política de género por parte del alcalde Inés Saturnino López Ponce.
En sesión de la Comisión Permanente del Congreso local, la legisladora perredista evidenció los actos de misoginia, agresión y represión contra cinco de las regidores del ayuntamiento de Tecamachalco por parte del edil de extracción panista, por lo que exhortó a la autoridad competente a darle prontitud a la carpeta de investigación a fin de que se frene este ilícito contra las féminas.
Durante su intervención mencionó que no solo la regidora Ruth Rodríguez Huerta sino otras cuatro más han sido objeto de insultos, verbales, en pintas y hasta amenazadas frente a sus demás compañeras y compañeros por parte de Inés Saturnino López, quién fue tachado reiteradas veces de misógino ante la violencia política de género que ha emprendió contra las integrantes del cuerpo edilicio.
Por estas acciones sancionables, Quezada Tiempo presentó un punto de acuerdo para que sea avalado por sus demás compañeros diputados, el cual consiste en exhortar al fiscal Víctor Carrancá Bourget para que no quede impune la denuncia presentada desde el 25 de marzo del año en curso, para evitar la reiterada violencia que se registra en el Ayuntamiento.
Además se exhortó al presidente municipal de Tecamachalco en el periodo 2014-2018, a no continuar ofendiendo, denigrando ni fomentando la agresión hacia las regidoras en cuestión.
Por su parte, la regidora Ruth Rodríguez Huerta declaró que su caso ya le dieron carpetazo en la Fiscalía General del Estado, «es evidente que no quieren tocarlo por ser servidor público, está protegido, la ley no importa en estos casos», expresó la agraviada.
Por último, dijo que ella sigue despachando desde oficinas particulares, y atendiendo su cartera que tiene en la Comisión de Desarrollo Social, pero mantiene custodia porque sus guaruras de Saturnino López Ponce la han amedrentado y la siguen hostigando.