Tehuacán. “La abogada del pueblo”, es un documental que retrata la vida de Concepción Hernández Méndez, mujer indígena originaria de Tehuacán, con estudios en Derecho y Etnología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), respectivamente.
El trabajo audiovisual fue presentado por el cineasta y músico tehuacanero, Alan Villarreal Martinez, quien narró cómo es que “Conchita”, con una máquina de escribir, una mula y mucha convicción decide recorrer los pueblos y caminos de la Sierra Norte de Veracruz para atender jurídicamente los casos de la gente desprotegida y cumplir con su misión de hacer valer la justicia.
El creador de dicha obra, explicó que durante su lucha, la defensora social ha enfrentado varios problemas que incluso han puesto en riesgo su vida, de ahí que su historia simboliza una esperanza para muchas otras mujeres cuya voz ha sido silenciada.
Hernández Méndez, nació en Tehuacán, en 1947, y cursó la primaria en las escuelas “Josefa Ortiz de Domínguez” y “Manuel Ávila Camacho”, así como la secundaria y el bachillerato en el Centro Escolar Presidente Venustiano Carranza (CEPVC).
Fue en la década de 1980 cuando se traslada a la Sierra Norte de Veracruz e inicia su labor con gente de extracción otomí y nahua de municipios colindantes con Hidalgo, siendo ahí donde tras desempolvar sus apuntes de derecho penal y constitucional se convirtió en defensora de indígenas, despojados de sus tierras y apresados por delitos del fuero común como robos, lesiones u homicidios.
En 1994, mujeres indígenas de Chiapas analizaron la situación del sector y promulgaron su Ley Revolucionaria de las Mujeres Zapatistas que, en diez artículos, resume sus aspiraciones de equidad: ser dirigentes, participar en la lucha, decidir con quién se casan o no, cuántos hijos tener, ser apoyada por el marido en el cuidado de la casa y la crianza de los hijos, entre otras.
Trabajó en la Fundación “Rigoberta Menchú Tum”, promoviendo ahí encuentros nacionales por la paz y compartiendo otras experiencias en Colombia y Canadá, donde se percató que hay indígenas con gran liderazgo, pero también que aún falta mucho para que las mujeres estén libres de la violencia, pues, para lograrlo deben gozar de derechos humanos primordiales como acceso a la cultura, a mejores ingresos, a la educación o por lo menos a la alfabetización.
Asimismo, se planteó la importancia de trabajar duro para dar a conocer todos los convenios y leyes que pueden servir a las mujeres indígenas en materia de igualdad, salud, desarrollo y justicia.
«Conchita» fue asesora del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la Mesa de Derechos y Cultura Indígena, en los diálogos de San Andrés Larrainzar, Chiapas (1995-1996) y actualmente forma parte de la asociación civil “Kunduá Kukaní”, donde difunde los derechos humanos en la junta auxiliar de Santa María Coapan y colonias aledañas.