Las protestas contra el gobierno que se han registrado en las últimas tres semanas en la capital y otros estados del país han dejado 26 muertos y 437 lesionados, confirmó la fiscal general, Luisa Ortega Díaz.

En las últimas horas, otras cuatro personas se sumaron a la lista de fallecidos, con lo que se elevó a 26 la cifra total, dijo a la prensa Ortega Díaz sin ofrecer mayores detalles. La fiscal expresó preocupación por las crecientes tensiones políticas, y rechazó que se use la violencia como «arma de acción política».

Ortega Díaz indicó que en el marco de las manifestaciones fueron arrestadas 1.289 personas, de las cuales 65 se mantiene detenidas y otras 217 serán presentadas en las próximas horas en tribunales.

El anuncio de la fiscal se dio horas después de la confirmación de las muertes de dos hombres tras recibir disparos en la cabeza durante manifestaciones en distintos lugares de Venezuela.

Orlando Johan Medina, de 23 años, murió de forma inmediata al recibir un disparo de escopeta en la cabeza durante una protesta en la población de El Tocuyo en el estado de Lara, indicó la Fiscalía General en un comunicado que difundió en su página de internet.

En tanto, el defensor del pueblo Tarek William Saab lamentó en su cuenta de Twitter la muerte de Luis Alberto Márquez, de 52 años, en Mérida y dijo que «participaba en concentración pro gubernamental cuando desconocidos dispararon a la multitud desde un edificio».

El ministro de Relaciones Interiores, mayor general Néstor Reverol, reiteró las acusaciones contra la oposición a la que señaló de contratar delincuentes para generar hechos de violencia.

Al presentar un balance de los hechos violentos de las últimas horas, Reverol dijo en una transmisión de la televisora estatal que el jefe de la policía de Caracas resultó herido en una pierna por un disparo de arma de fuego que recibió durante una protesta que ocurrió la madrugada de este martes en una populosa barriada pobre del oeste de la capital.

Asimismo, otro policía sufrió una herida en el tórax por impacto de bala durante una manifestación en el estado Barinas, donde también resultaron lesionados 13 guardias nacionales por objetos contundentes que les lanzaron manifestantes.

Las muertes se dan en un contexto de gran tensión en Venezuela que comenzó a fines de marzo cuando el Tribunal Supremo de Justicia se atribuyó los poderes de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, y limitó la inmunidad de los legisladores. Aunque los fallos fueron luego revertidos no se han detenido las protestas que han dejado más de un centenar de heridos y detenidos.

En los estados suroccidentales de Mérida y Barinas fallecieron la víspera dos hombres por heridas de arma de fuego en medio de manifestaciones callejeras.

En una nueva jornada de protestas los opositores realizaron el lunes manifestaciones en las principales vías de Caracas y otras ciudades contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que acusa a sus adversarios de promover un golpe de Estado.

La oposición ha descartado cualquier diálogo con Maduro y ha planteado que se mantendrá en las calles hasta que el gobierno convoque a elecciones, abra un canal humanitario para alimentos y medicinas, libere a los presos políticos y respete al Legislativo.

El primer vicepresidente del partido oficialista, el diputado Diosdado Cabello, negó la posibilidad de que puedan darse elecciones generales en Venezuela y dijo a la prensa que «Nicolás no se va, pero la derecha no va a volver más nunca a gobernar este país».

La crisis venezolana y la muerte de manifestantes ha generado preocupación entre varios países de la región, y organizaciones como ONU y la OEA, que urgieron a Caracas a tomar acciones para reducir la polarización y crear condiciones para enfrentar la situación.

Algunas organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional han cuestionado la actuación de los cuerpos de seguridad, a los que señalan de excederse en la contención de las protestas. Las autoridades han desestimado las críticas y sostienen que actúan apegados a las leyes.