Geneva. Bajo el asedio de denuncias en un tribunal federal de Estados Unidos de que sobornó a votantes de la FIFA, el jeque Ahmad Al Fahad Al Sabah de Kuwait renunció el domingo a todos sus cargos en los estamentos del fútbol.
La dimisión del jeque Ahman pone a fin a su candidatura para obtener un puesto en el Concejo de la FIFA, a falta de ocho días de la votación de los dirigentes asiáticos en Bahrein.
“No quiero que estas denuncias provoquen divisiones o distraigan la atención en los próximos congresos de la AFC (la Confederación Asiática de Fútbol) y la FIFA”, dijo el miembro de la familia real de Kuwait. También rechazó haber cometido delitos.
“Es por ello, luego de sopesarlo mucho, he decidido que en los mejores intereses de la FIFA y la AFC, tengo que retirar mi candidatura al Concejo de la FIFA y renunciar a mis actuales cargos en el fútbol”.
Pero el jeque Ahmad se mantiene firme en sus posiciones en el movimiento olímpico.
Ha fungido como presidente de la ACNO (Asociación de Comités Olímpicos Nacionales) desde 2012; presidente del Concejo Olímpico de Asia desde 1991; y director ejecutivo de Solidaridad Olímpica, el ente del COI que reparte cientos de millones de dólares a los miembros de ACNO.
El jeque dejó la FIFA, a la que sumó en 2015, ante la presión de forzar su salida antes de las elecciones del 8 de mayo. Su estatus en la organización era investigado por dos paneles de la FIFA.
El presidente de la FIFA Gianni Infantino señaló que tomó “apunte” de la decisión del jeque.
En un breve comunicado, Infantino expresó: “Quiero darle las gracias por tomar esta decisión, la cual no fue fácil de tomar pero que obedece a los mejores intereses de la FIFA”.
El jeque Ahmad contactó a los paneles de ética de la FIFA y el COI al presentarse las denuncias el jueves ante un tribunal federal en Brooklyn.
Richard Lai, un ciudadano estadounidense de Guam y miembro de la comisión de auditorías de la FIFA, se declaró culpable por cargos de fraude en transferencias relacionados por aceptar sobornos de alrededor 1 millón de dólares, incluyendo por lo menos 850.000 dólares de dirigentes kuwaitíes. El dinero fue para comprar influencias y reclutar a otros dirigentes asiáticos dispuestos a ser sobornados, dijo Lai ante la corte.