“Una sociedad sin mamás sería una sociedad inhumana”, aseguró el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, al reconocer en las mujeres la capacidad de amar incondicionalmente y su papel como transmisoras de la fe.

“El germen de la fe está en los primeros momentos, en los más preciosos. Sin las mamás la fe perdería buena parte de su calor simple y profundo. Son signo de unidad en la familia. Signo sagrado”, manifestó en el marco del Día de las Madres.

El líder católico recalcó que las mamás son sinónimo de ternura y fortaleza, a pesar de las adversidades; sin embargo, lamentó que su trabajo en el hogar y como cabezas de familia sea subestimado.

“Todas las personas debemos la vida a una mamá y casi siempre le debemos mucho de la existencia sucesiva, de nuestra formación humana, cristiana y espiritual; sin embargo, a la mamá se le escucha poco y se le ayuda poco en la vida cotidiana y se le considera poco su papel central en la sociedad”, enfatizó.

Por tal razón, convocó a los fieles a ser más sensibles a las necesidades de ellas y aprender a escucharlas.

“Porque las mamás saben testimoniar siempre, incluso en los momentos más difíciles, la ternura, la educación, la dedicación y la fuerza moral. Son ellas frecuentemente las que trasmiten el sentido más profundo de la práctica religiosa, un mensaje que las madres creyentes saben trasmitir”, dijo.