Una investigación reciente sugiere que la vitamina C puede actuar como un inhibidor de la propagación de células cancerosas. El estudio fue publicado en la revista Oncotarget por Gloria Bonuccelli y otros investigadores de distintas universidades.
Algunas formas agresivas de cáncer no responden a los tratamientos habituales (quimioterapia, radioterapia, cirugía). Se cree que la causa está en las células madre cancerosas que propagan el cáncer en el organismo. La investigación se dirigió a inhibir la glucólisis, el proceso por el cual la glucosa se descompone dentro de las células para convertirse en energía que posibilita la proliferación de las células cancerosas. Se analizó la efectividad de fármacos experimentales y clínicos para detener el crecimiento de las células madre cancerosas y también la de sustancias naturales. Los investigadores encontraron que la vitamina C era aproximadamente 10 veces más eficaz que el fármaco experimental 2-DG. La vitamina C es un producto natural no tóxico y barato y de fácil acceso. Su posible uso para combatir el cáncer no es algo nuevo.
Linus Pauling (1901-1994) fue Premio Nobel de Química en 1954 por su descripción de los enlaces químicos, y en 1962 se le otorgó el Premio Nobel de la Paz por su oposición a las pruebas nucleares. Su capacidad científica e integridad no deberían ser puestas en duda. Sin embargo, al proponer el uso masivo de vitamina C para luchar contra el cáncer fue objeto de innumerables críticas y descalificaciones. También su oposición a las pruebas nucleares le valió condenas y ataques.
Que Pauling no estaba errado al considerar el uso de vitamina C contra el cáncer, comienza a evidenciarse, pero su uso generalizado chocará sin duda contra intereses poderosos. Las grandes empresas farmacéuticas intentarán mantener su negocio, que no es curar enfermos, sino vender medicinas caras a enfermos de larga duración.
Una de cada seis muertes en el mundo se debe al cáncer. Se estima que un 40 por ciento de la población de Estados Unidos desarrollará algún tipo de cáncer.
Esta enorme cantidad de enfermos de cáncer es un negocio fabuloso para las empresas farmacéuticas que, como se señaló ya en esta columna («El negocio del cáncer”, 20/08/2015), vendieron medicinas para su tratamiento en el 2014 oir la cifra ¡100,000 millones en todo el mundo! Si un producto tan barato como la vitamina C se convierte en una opción para el tratamiento, bajarían los ingresos de las grandes empresas farmacéuticas. Es de esperarse que, como ocurrió con el Premio Nobel Linus Pauling, las investigaciones recientes sean atacadas por todos los medios.