Los hidrocarburos que Pemex transporta en ductos por distintos puntos del país constituyen en estos momentos el producto más preciado por bandas criminales que no se detienen en su ambición por extraer miles de litros de combustible sin importar el daño patrimonial que ocasionan al país, ni el ambiental, ni el de seguridad, ni el comunitario.

La mayor parte de los titulares de la prensa nacional y de algunas entidades de ayer domingo dieron cuenta  de los alcances de la actividad de ordeña de ductos, de las pérdidas humanas y económicas.

El Universal reportó en su nota principal: “Usan vehículos robados para mover huachicol”, lo que refiere que se trata de grupos delictivos  perfectamente organizados que realizan un negocio redondo en cuanto a la extracción ilegal del producto”.

En vehículos robados, huachicoleros que operan en el estado de Puebla transportan el hidrocarburo sustraído de forma ilegal de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex)”.

Los huachicoleros eligen unidades de buen tamaño y con capacidad de carga, aptas para el trabajo pesado y condiciones todoterreno, como Pick Up de la marca Chevrolet, a las que les instalan redilas, así como Suburban, Silverado y Custom”.

El diario también cita que han “usado modelos más pequeños como el Chevy, para el traslado de bidones medianos de gasolina de 20 a 50 litros”, pero para mover cantidades mayores, “los grupos delincuenciales recurren al robo de camiones de pasajeros, microbuses y pipas de agua, con los que trasladan —en un solo viaje— de 7 mil a 27 mil litros de combustible”.

Excélsior consignó: “Huachicoleros aplican su ‘gasolinazo’; incautan 50 mil litros en Tabasco” y explica que éste (litro) “aumentó de siete a 10 pesos,  en promedio, en la Central de Abasto de Huixcolotla y en otros puntos del llamado Triángulo Rojo”.

El matutino nacional explica que “como ocurre en cualquier sector —y este mercado ilegal poblano no podría ser la excepción—, la ley de la oferta y la demanda está presente. Por ello, ante la escasez de la mercancía, el precio se ha disparado en más de 40%”.

Los factores que han propiciado escasez del combustible son la llegada de más fuerzas federales a la zona para combatir a las bandas que se dedican a ordeñar los ductos, y el reciente enfrentamiento entre ladrones y el Ejército en Palmarito Tochapan”.

La Crónica de hoy indicó: “Huachicolaso deja cuatro muertos en Tierra Blanca”. La publicación expone que una explosión en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) ocasionó la muerte a cuatro personas que, “todo indica, transitaban casualmente por la zona donde una toma clandestina derramó combustible. Los hechos se registraron en el municipio de Tierra Blanca, Veracruz, uno más de la extensa zona que corre desde Puebla hasta el Golfo de México en la que se saquean los ductos de Pemex”.

La Crónica añade que “la causa, está totalmente confirmada, es la toma clandestina que ya fue inhabilitada por personal de la empresa productiva del Estado. Las pérdidas humanas son de vecinos que pasaban casualmente por el lugar en el que la toma clandestina comenzó a derramar el combustible directamente al suelo. La mancha de gasolina se extendió hasta un camino de terracería por el que circulaba un Tsuru con cuatro ocupantes que se dirigían a su hogar. La chispa que inició la combustión pudo provenir del auto cuando atravesaba el camino a la altura del derrame”.

Así por el  estilo la prensa nacional, regional y estatal destaca la información relativa al robo de combustible, que parece ser un problema que requiere algo más que discursos y buenas intenciones para combatirlo.

En concordancia con el tema, el próximo lunes la reportera Socorro Ávila presentará en estas páginas una investigación sobre ese fenómeno en el estado de Hidalgo, mediante un amplio análisis de lo ocurrido aquí en materia de robo de combustible.

 

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