Bangkok. Ejecutivos responsables de las marcas de atún más populares en Estados Unidos _Chicken of the Sea, Bumble Bee y StarKist_ conspiraron de forma habitual para mantener altos los precios para los consumidores, según registros de cortes penales y civiles actualizados esta semana.

Una lata de atún suele costar unos 1,50 dólares, y el Departamento de Justicia de Estados Unidos señala que ese precio puede ser el resultado de una fijación de precios acordada por mayoristas tailandeses, surcoreanos y estadounidenses. Por su parte, grandes cadenas minoristas han demandado a los proveedores afirmando que se les ha estafado.

El gobierno de Estados Unidos comenzó a investigar el arreglo ilegal de precios entre las tres empresas hace más de dos años.

Juntas, esas empresas proporcionan en torno al 80% del atún enlatado vendido al año en Estados Unidos a un valor total de 1.700 millones de dólares, según los documentos judiciales.

Tras conocer las pesquisas federales, Walmart y otras grandes cadenas de tiendas presentaron demandas civiles.

Esos casos se actualizaron esta semana con un apéndice, reportado primero por Undercurrent News, que señala a docenas de directivos del sector, incluidos algunos de los ejecutivos más adinerados de Tailandia, donde tiene su sede Thai Union, la firma propietaria de Chicken of the Sea.

“Thai Union no hace comentarios sobre procesos legales en marcha”, señaló la compañía. Las otras empresas no respondieron en un primer momento a una petición de comentarios.

Los documentos describen llamadas telefónicas habituales y reuniones en las que “los ejecutivos acordaron que las tres compañías elevaban los precios de forma colectiva”. También acordaron “limitar las promociones y el atún envasado que quedaba por debajo del precio publicado”, según los registros.

En concreto, los documentos mencionaban al presidente y director general de Thai Union, Thiraphong Chansiri; a su padre, Kraisorn Chansiri, y a docenas de otros tailandeses y directivos estadounidenses. Thai Union posee Chicken of the Sea, Red Lobster y U.S. Pet Nutrition, entre otras empresas. In-Gu Park, presidente en funciones de la firma con sede en Corea del Sur Dongwon Enterprise, propietaria de Starkist, y Chris Lischewski, presidente y director general de la firma de San Diego BumbleBee, aparecían también mencionados.

Aunque cada año hay menos estadounidenses que consumen atún, sigue siendo un producto básico en muchos hogares y es el tipo de pescado preferido del país. El atún enlatado se popularizó durante la I Guerra Mundial, cuando se empleó como proteína para las tropas, que regresaron a casa y siguieron consumiéndolo.

Bumble Bee Foods dijo la semana pasada en el proceso penal en San Francisco que se declararía culpable de un delito de conspirar para fijar los precios del atún en lata y cocido y pagaría una multa de 25 millones de dólares. La noticia llegó después de que dos directivos de la empresa, los vicepresidentes Ken Worsham y Walter Scott Cameron, también se declarasen culpables. Ambos aceptaron colaborar con las autoridades en la pesquisa, y podrían recibir multas y penas de prisión.

El FBI y el Departamento de Justicia indicaron que su investigación pretende proteger a los consumidores que merecen precios competitivos.