Aislamiento, agresividad y bajo rendimiento escolar son los principales detonantes para que los maestros detecten situaciones de violencia entre sus alumnos.
Dentro de primarias y secundarias, que es donde se permite un mayor involucramiento padre-hijo, el docente comenta que son constantes las situaciones de violencia entre los pequeños lo que deriva en bajas calificaciones, agresividad tanto para sus compañeros como para autoridades, y aislamiento de su entorno.
Divorcio de padres, alcoholismo, violencia física, acoso sexual e inclusive asesinato son algunos casos en los que los docentes de escuelas primarias y de secundarias enfrentan en su día a día dentro de las aulas y para lo que es necesario su intervención desde su responsabilidad hasta que se canaliza a un área correspondiente ya sea dentro de la escuela o con el gobierno.
La profesora Sandra Pedraza, con doce años de experiencia en una escuela de Apan, refiere que es un tema recurrente entre los alumnos los problemas familiares, mismos que se detectan cuando hay cambios en la actitud del niño principalmente con aquellas acciones que no van acorde a su edad o por lo que ellos mismos comentan con sus compañeros.
Para este tipo de hechos primeramente se habla con los padres de familia, orientarlos hacia donde pueden ir o canalizarlos con áreas como el DIF “no podemos adentrarnos más de lo que ellos nos permiten, cuando ellos aceptan se da un consejo”, comenta la profesora quien asegura que dichas situaciones afectan el razonamiento del niño.
Por su parte el maestro Gonzalo Barrera González de Tepeapulco, con 38 años impartiendo clases en nivel secundaria, enfatiza en que se debe dar un seguimiento a estas situaciones ya que el comportamiento puede provocar hechos más graves.
En su caso recordó el caso de un pequeño cuya madre mató a su hermana menor y quien actualmente se encuentra en la cárcel, hecho que provocó en el menor desestabilidad emocional tanto para él como para su grupo de amigos, es ahí donde indica se debe brindar atención para no dirigir sus emociones de forma errónea con el paso de los años.
Aunque no todos enfrentan situaciones fuertes, la profesora Lorenza Aguilar Bautista, con 39 años de experiencia en una primaria de Zempoala, señala que «los problemas generan el lento aprendizaje o que definidamente no aprenden porque los niños están pensando en lo que pasa en su casa».
Enrique Castillo Alonso de una primaria de Zempoala, con 10 años al frente de las aulas, recalca la importancia de contar dentro de las instituciones educativas de cualquier nivel con áreas especializadas para atender dichas situaciones ya que reconoce no en todas cuentan con una, principalmente en zonas rurales donde tiene que canalizar a los niños hasta la ciudad más cercana.
El rendimiento de un alumno agrega, decae hasta un 50 por ciento y genera conducta negativa de manera que su intervención en estos casos es fundamental para que no se comparta dicha agresividad.