Hoy se cumplen cien años del natalicio de Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, más conocido por Juan Rulfo, muy citado por ser uno de los literatos destacados en la literatura mexicana. Además, con amplio reconocimiento el mundo de las letras en el plano internacional, su nombre es importante debido a sus obras literarias y por el pensamiento plasmado en su narrativa.
Juan Rulfo nace en Sayula Jalisco, el 16 de mayo de 1917, eso dicen sus biógrafos, sin embargo, Wolfgang George Paul Vogt Ekkernkamp, de origen alemán, avecinado en Guadalajara desde 1976, en su calidad de investigador, crítico literario, periodista cultural, académico; traductor y autor de 30 libros. En su obra: Juan Rulfo y el sur de Jalisco, imprime:
“Éste (Juan Rulfo) afirma haber nacido en San Gabriel, igual que su hermano mayor Severiano que debido a la difícil situación que atravesaba el país, sus padres se vieron obligados a registrarlos en Sayula”.
El contexto social, político, militar y económico en la primera y segunda décadas del siglo pasado en México fueron muy inciertos, personas pacíficas vivieron días de aciago, angustia y algunos fueron victimados sin participar en la gesta revolucionaria, así fue la situación vivencial del padre de Juan Rulfo, por robarle un poco de dinero es asesinado cuando él tenía 6 años, no bien se había calmado el escenario de la revolución y en la región del Bajío se gesta otro movimiento político militar conocido por rebelión cristera.
En 1927 murió su madre, Juan Rulfo fue recluido en el orfanatorio Luis Silva en Guadalajara, en 1932 ingresó al Seminario Conciliar de Guadalajara para continuar sus estudios. En este colegio adquirió la afición por la lectura, al ayudar a uno de los clérigos para atender la biblioteca. En este recinto custodio de conocimiento acumulado de varios escritores nacionales y extranjeros absorbió los saberes de: Rainer María Rilk poeta austrohúngara, Jean Peter Jacobsen literato danés, Knut Hansum escritor noruego, Franz Kafka escritor y filósofo austrohúngaro, Ernest Hemingway periodista y escritor estadounidense, James Joyce escritor irlandés.
Deseoso por conocer varios estilos de la literatura continuó con la lectura de: Selma Lagesttof de nacionalidad sueca, primera mujer premio nobel de literatura en 1909, Holalldor Laxness poeta islandés, Friedrick Nietzche escritor, filólogo y filósofo alemán. Continuaron: Fiódor Dostoyevski, escritor ruso, Hernrik Ibsen poeta y dramaturgo noruego; Knut Hmsun escritor noruego y Halldor Laxness, poeta y escritor Islandés, los escritores galos: Jean Giono, Charles Fernand Ramus y tantos otros. Algunos de ellos han sido premiados con el Premio Nobel de Literatura.
La diversificación de lecturas de literatos extranjeros, nacionales de la talla de Martín Luis Guzmán, José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Javier Villaurrutia, Amado Nervo, Jorge Cuesta, Salvador Novo y jaliscienses Agustín Yáñez, Mariano Azuela, Francisco Rojas González contribuyeron en su formación.
El estilo literario de Juan Rulfo es variada y diversa, de igual manera los cuentos de Rulfo son diferentes, así lo señala el escritor y periodista Daniel Sada: “Rulfo se planteaba algo nuevo en cada historia y por eso no se parecen, la única sintonía uniforme es el lenguaje del campo, pero en cuanto a estructura son radicalmente opuestas un cuento de otro, lo mismo en Pedro Paramo, que está lleno de cuentos también”.
Las vivencias en la niñez, adolescencia y aún en la edad adulta del escritor, se manifiesta en su lenguaje empleado en su producción literaria, también se revela el comportamiento con los demás de su profesión y afición. La infancia y mocedad de Juan Rulfo fue de congojas, más no por ello de lamentaciones, sino de producción literaria de calidad como lo son: El Llano en Llamas, Pedro Paramo y El gallo de oro.
Juan Rulfo coordinó la redacción de la enciclopedia publicado por el Instituto Nacional Indigenista, (INI), actividad que combinó con la fotografía, este arte fue otra de sus afectos, lo cual permitió conocer varios lugares marginados de México. Las narrativas contenidas en sus obras son de denuncia por el olvido de esos lugares donde se carece casi de todo, describiendo con originalidad paisajes inhóspitos, narrando comportamiento de personajes de la vida real, por eso, algunos lo ubican en la categoría del realismo mágico.
En tributo a la genialidad expresiva de Juan Rulfo, aunado al su rasgo distintivo de personalidad de haber sido meditabundo, reflexivo, oyente, abstraído en ese placentero recinto se puede coordinar las palabras emanado del pensamiento. La creatividad literaria sólo se logra en el deleitable silencio.
Silencio inventor, es pieza poética de mi autoría donde extraigo las siguientes líneas y te las comparto estimado (a) lector (a):
El silencio es templo solemne del virtuoso,
sagrado territorio cuna de invocaciones
para ser percibidas por su conveniente redentor.
En ese espacio fortificado habita el dichoso,
donde emerge continuas innovaciones,
inspirados por su propio bienhechor.