El Sistema Nacional de Seguridad Pública, tiene gran renombre a raíz de la guerra nacional que se lleva contra el narcotráfico; sus ideas son:
UNAM.1.- Es necesario dotar de mayores recursos a los ayuntamientos, para que ellos ejerzan una ejemplar seguridad pública.
UNAM.2.- Sin lo anterior se mantendrán los actuales índices delictivos.
UNAM.3.- La falta de inversiones, el desempleo, la economía estancada son las causas que han provocado la inseguridad.
UNAM.4.- Existen 2,022 cuerpos policiales municipales y solamente 196 están aceptando un sistema de mejoramiento permanente.
Sus opiniones son válidas en parte, pues la reforma hacendaria debió hacerse desde hace 30 años, toda vez que la burocracia dorada federal usufructúa el 80% de la renta nacional donde el 40% recuérdale respetuosamente lo aportaba Pemex.
Los estados operan administrativamente un 14%, y los ayuntamientos administran muy mal por cierto el 6% restante.
Antes de esta inaplazable medida, necesitase un nuevo diseño de ingeniería administrativa, para crear una “meritocracia”, que descanse en un servicio civil de carrera donde la convocatoria, selección y reclutamiento de los cuadros administrativo-gubernamentales, esté alejada del paternalismo de los políticos-partidarios-electorales, de la corrupción y del nepotismo al cual somos tan dados en todo el planeta.
Es necesario convertir el gasto social en inversión social. Para ello bastaría con que orientáramos el proceso educativo hacia la solidaridad, la convivencia, la autogestión, las actitudes gerenciales (no patronales), y el renacimiento de la honestidad y de la honradez valores todavía en uso aunque usted como escéptico no lo crea, (el pesimista a final de cuentas no es nadie más que un optimista bien informado).
La solidaridad nos haría más seres humanos, con los vecinos aplicando el homograma de análisis transaccional: tú estás bien yo estoy bien; en consecuencia “tú le echas un ojo a mis propiedades, afectos y quereres, y yo hago lo mismo”.
El proceso autogestionario mexicano puede iniciarse con éxito, como las cooperativas alemanas o italianas, toda vez que el número neuronal nuestro no es inferior a nadie.
Lo gerencial equivaldría entre nosotros a resolver el ahora con responsabilidad, y el mañana sujeto a las contingencias diarias.
Necesitamos políticos sociales, eminentemente ejecutivos, con expertos del campo y de la academia ejercitados en el campo del combate social. Mientras sigan pensando en función partidaria electoral, rodeados de especializados en el arte del canto al rey, en la zalema al sultán, en la sumisión e incondicionalidad a la escasa inteligencia del jefe en turno, será imposible cualquier transformación de la sociedad.