Jerusalén. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rindió un homenaje solemne el martes a los seis millones de judíos muertos durante el Holocausto y exhortó a la humanidad a no olvidar “la hora más sombría de la historia”.

En su visita al monumento a las víctimas en Yad Vashem, el presidente y la primera dama Melania Trump colocaron una ofrenda floral sobre la losa que cubre una tumba donde están enterradas las cenizas de algunos muertos en los campos de concentración. Los acompañaron el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y su esposa Sara, así como la hija del presidente, Ivanka, y su esposo Jared Kushner. Ambos son asesores de la Casa Blanca.

Trump realizó las declaraciones en su cuarto y último día de visita en Oriente Medio. Previamente su caravana cruzó la barrera que rodea la población bíblica de Belén para un encuentro con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, en el que exhortó a avanzar en el aletargado proceso de paz.

Tras reunirse con líderes árabes en Arabia Saudí, el presidente ha estado sondeando las posibilidades de paz entre israelíes y palestinos.

De pie al lado de Abás, Trump declaró que un acuerdo con Israel podría “iniciar un proceso de paz a través de Oriente Medio”.

Abás señaló que estaba dispuesto a “dejar la puerta abierta al diálogo con nuestros vecinos israelíes”. Reiteró las demandas palestinas, que incluyen establecer su capital en Jerusalén Este, un territorio que también reclama como suyo Israel, e insistió en que “nuestro problema no es con la religión judía, es con la ocupación y los asentamientos, y con que Israel no reconozca el estado de Palestina”.

Los palestinos, según Abas, quieren centrarse en construir sus instituciones así como una “cultura de paz y denuncia de la violencia” al tiempo que levantan puentes en lugar de muros.

Por otra parte, Trump condenó a los «malvados perdedores» responsables de atentar contra un concierto en Gran Bretaña en la víspera y pidió en especial a los líderes de Oriente Medio que ayuden a frenar la violencia.

“Los terroristas y extremistas y aquellos que les dan ayuda y confort deben ser expulsados de nuestra sociedad para siempre”, señaló Trump durante una conferencia de prensa con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, en Belén. “Esta ideología retorcida debe ser anulada”.

La Casa Blanca dijo que Trump estaba recibiendo información del ataque en Manchester, Inglaterra, a través de su equipo de seguridad nacional. Más de 20 personas murieron en un supuesto ataque terrorista que no ha sido reivindicado por nadie aún.

«Mucha inocentes y hermosos jóvenes, viviendo y disfrutando de la vida, asesinados por los malvados perdedores de la vida”, señaló Trump, haciéndose eco del tema que presentó durante sus reuniones con líderes árabes en Riad, Arabia Saudí. De acuerdo con su equipo, fue idea del mandatario emplear el término “malvados perdedores”.

Trump dijo que no llamaría “monstruos” a los atacantes, un término que cree que preferirían, y eligió “perdedores”, un insulto que ya empleó en el pasado para dirigirse a la comediante Rosie O’Donnell o Cher, entre otros.

Para llegar a Belén, la caravana de Trump cruzó por un paso abierto en el muro que separa el territorio cisjordano, un recordatorio visual de las complejidades del conflicto en la región. El muro, levantado por Israel hace una década, fue presentado como una defensa contra los ataques letales de insurgentes palestinos. Los palestinos sostienen que la delimitación es una ocupación ilegitima porque deja fuera el 10% de Cisjordania.

Más tarde el martes, Trump regresará a Jerusalén para visitar el monumento al Holocausto Yad Vashem y ofrecer un discurso. Después emprenderá viaje a Roma, donde el miércoles se reunirá con el papa Francisco en el Vaticano.

No estaba previsto que Netanyahu _ con quien Trump se reunió en la víspera en Jerusalén _ y Abás se reuniesen durante la visita de Trump. Por separado, los dos visitaron al presidente estadounidense en la Casa Blanca en los últimos meses.