Desde hace no mucho tiempo, he escuchado y leído constantemente que existe una nueva generación de personas, que en teoría son brillantes entre otras cosas, por su capacidad de trabajar por productividad y no por un horario, me refiero a los millennials, y desde entonces reflexiono si en realidad se trata de una trampa para evitar compromisos laborales o soy yo quien se resiste a aceptar a esta nueva incubación.

Debo compartirles que al menos tengo un par de amigos muy cercanos que hablan, dicen, proyectan, planean y realizan sus actividades como si fueran millennials, lo que no saben es que los he observado detenidamente y al menos uno de ellos a quien conozco desde hace 20 años es una máquina de hacer trabajo, anda de un lado a otro, viaja por el mundo, de momento se pierde, de momento regresa, de momento comparte y de momento se esconde. Mi querido Humberto no se ha dado cuenta que es tal vez un millennial atrapado en un Godínez.

Estoy convencido que jamás lo aceptará, pero al final es lo que yo pienso al respecto. Y es que ha sido una persona que desde el inicio en su área laboral, primero tuvo que absorber muchos años de aprendizaje, muchos años de ver, de conocer, de retroalimentarse sin que en ese entonces tuviera mucha claridad hacia dónde quería llegar.

Pero una vez que ha logrado conocer el funcionamiento de la empresa para la que labora de pies a cabeza, entonces ahora sí sabe hacia dónde va, qué es lo que quiere conseguir y hoy más que nunca fluye la creatividad, fluyen las ideas, pero entiendo que eso ocurre porque después de tantos años transitados, domina el panorama laboral como la palma de su mano.

Creo que ser creativo, ser de esa nueva generación de jóvenes talentosos no tiene nada de malo ni de raro, como lo mencioné al inicio del texto, seguramente se trata de mi resistencia a adaptarme a un nuevo modelo laboral. En lo particular disfruto más el sentido de pertenencia, disfruto más la interacción frente a frente, seguramente por las funciones de mi trabajo disfruto mucho de las relaciones públicas y tener el pulso exacto del estado de ánimo de las personas.

Entiendo que para los millennials es importante la productividad, el trabajo flexible, un equilibrio entre la vida social y la laboral, pero habría que analizar a profundidad si existe un compromiso real, o definitivamente estar supeditados a los chispazos de su ingenio y creatividad.

Trabajar de manera independiente empieza a ser un modelo de vida, seguramente las empresas exitosas tendrán que ser compatibles con este modelo laboral. Considero que la autodisciplina representa todo un reto, sin embargo estamos ante lo inminente.

Hoy creo que tenemos todas las herramientas que se requieren para conseguir lo que queramos principalmente a través del internet, por eso insisto y me pregunto, si es que en realidad estamos ante nuevas generaciones de holgazanes, que tal vez pretenden tener dinero de manera sencilla desde la comodidad de su casa y prácticamente en pijama.

Una cosa es lo ideal y otra es la realidad, hoy ese esquema laboral abre brechas en la comunicación interpersonal, parece muy moderno, parece inminente, pero tal vez por esa misma razón hoy nos conocemos menos, hoy obligadamente tenemos que interactuar de manera multiplicada a través de un dispositivo que actualmente nos lo permite.

Me gustan las cosas innovadoras, disfruto de la modernidad a la que hoy tenemos acceso, soy participe de que todo vaya avanzando conforme pasa el tiempo, sin embargo sigo siendo una persona que gusta o al menos eso intento, de las buenas formas.

 

Hasta la próxima

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