Ahora que la euforia del fútbol profesional mexicano en Puebla está en su máximo apogeo por el reciente ascenso del Club Lobos BUAP a la primera división, sería bueno que la comunidad universitaria entendiera cuál es la realidad de su escuadra.
Una situación, por cierto, que no es nada fácil ni para la institución, ni mucho menos para los encargados del manejo y dirección del equipo de la jauría.
De entrada, habrá que tender, primero, que la universidad no es la dueña, ni la responsable directa del equipo de fútbol sino el patronato del Club Lobos BUAP, encabezado por Rafael Cañedo Carrión, Eduardo Henaine Bojalil y José Hanan Budib.
En ese mismo orden, los citados personajes figuran como presidente, secretario y vocal del grupo que tutela el equipo universitario, apoyados, por supuesto, por el rector Alfonso Esparza, quien va a la cabeza.
Por tanto, son ellos quienes tienen el derecho y obligación de apoyar de todo a todo al grupo licántropo.
Particularmente, para buscar los patrocinios correspondientes, los refuerzos y todas las adecuaciones que se deben realizar al estadio de la BUAP ahora que se convirtió en un coloso de primera división.
Además, el patronato tiene el claro compromiso de armar un equipo que le permita a la jauría universitaria permanecer en la primera división del fútbol profesional, y por ende poner en alto la imagen, el trabajo y el esfuerzo que se realiza en la BUAP.
Porque un equipo de fútbol profesional requiere de una inversión millonaria que tampoco tiene la Benemérita institución, la cual tiene como su máxima prioridad su desarrollo educativo, profesional y de investigación.
Así que del patronado depende el futuro de Lobos BUAP.
Un tema que es de suma importancia para el patronato, para Lobos y para la BUAP es la promoción del equipo, su imagen y su valor, el cual hoy por hoy se fue a las nubes por el ascenso.
Así que para costear el gasto de Lobos BUAP, para armar un buen equipo de primera división, que pelee y que permita que no sea otro fracaso como el Puebla de la franja, necesariamente se le tendrá que invertir.
Inversión que, hay que decirlo, empezará por el cambio en las tarifas de los boletos de entrada al estadio universitario.
Y la BUAP tendrá que hacer su aportación realizando los detalles que requiera el estadio universitario, los que señale la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), por lo que requerirá los recursos necesarios para ello.
Así que ahora que la BUAP tiene equipo de primera división en el fútbol profesional su comunidad también tendrá que poner su granito de arena comprando sus boletos, seguramente con un respectivo descuento que establecería el patronato de Lobos.
Los boletos gratis se acabaron.
Porque si los poblanos, los aficionados de Lobos, los estudiantes y académicos de la máxima casa de estudios del estado queremos que el equipo destaque y sea uno de los protagonistas entonces tendremos que apoyarlo.
Y ese apoyo no es otro que comprando los boletos y acudiendo al estadio a apoyar a la jauría.
Sólo así se podrá mantener a Lobos como equipo de primera división.
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El secretario “todo terreno”
Si alguien en el gobierno y el gabinete de Tony Gali está metido hasta las cachas en su papel de gestor y de súper secretario ese es Gerardo Islas Maldonado, titular de la Sedeso.
Tan sólo el fin de semana en Santa Catarina Los Reyes, región afectada por las fuertes lluvias que han azotado el estado, el funcionario recorrió palmo a palmo los predios y casas de los afectados.
A Gerardo incluso lo bautizaron como “el secretario todo terreno” por aquello de que no le importó sumirse en el lodo acumulado, ni mucho menos caminar por los predios donde aún corre fuerte el agua que derribó las viviendas.
Habrá que reconocer que Gerardo siempre ha sido entrón cuando se trata de apoyar a los necesitados.
No es la primera vez, y seguramente no será la última, que el secretario todo terreno se mete hasta la cocina cuando la población lo requiere y la causa lo amerita.
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Morena se fortalece en Puebla
Mientras el PRI poblano se desmorona y Juan Carlos Lastiri Quirós batalla para quedarse con las ruinas del partido que le ha dado todo, sobre todo poder y riqueza, en Morena se mueven y se fortalecen.
Y allí está la imagen del fin de semana en la que aparecieron juntos ya José Juan Espinosa Torres, presidente municipal de San Pedro Cholula; Alejandro Armenta Mier, diputado federal; y Luis Miguel Barbos Huerta, senador del PT.
Nada mal para empezar a darle forma al batallón de generales con el que Morena va a participar en los comicios del 2018 en Puebla.
No hay duda, la disputa será un choque de trenes entre el morenogalicismo y la gente del peje.
Hagan sus apuestas.
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