“Ninguna sociedad democrática puede existir sin una prensa libre, independiente y plural”. -Kofi Annan-
Durante las últimas décadas del siglo pasado y en este nuevo milenio, el ejercicio del periodismo libre ha tomado una importancia fundamental como mecanismo para evidenciar las acciones de los grupos en el poder.
De ahí la relevancia de la protección de quienes tienen como labor profesional dar a conocer lo que ocurre en los muy diversos contextos en nuestro país.
Tarea que se ha tornado verdaderamente complicada en México, uno de los países más peligrosos para los periodistas, según lo han revelado diversos estudios, que colocan a nuestro país como uno de los tres lugares con menos garantías para esta actividad.
¿Y la Fiscalía? Sólo un engranaje institucional
Hace unas semanas después de la presión ejercida por el gremio periodístico, algunos medios de comunicación y organizaciones civiles, luego del asesinato de un periodista más, el Presidente de México, tuvo que salir al paso y dar una respuesta pública.
Una respuesta que mantiene insatisfecho al gremio que considera una burla el anuncio del mandatario de reforzar la capacidad de investigación de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión. (Feadle)
Una fiscalía que, por cierto, fue creada en el año 2010 y que a la fecha no ha arrojado ningún resultado en torno a las denuncias presentadas por comunicadores de todo el país, que fueron víctimas de algún delito por el ejercicio de su actividad.
Ante la evidente falta de resultados, la fiscalía se ha convertido en un engranaje institucional más, cuya figura solamente aparenta mostrar un gobierno interesado en garantizar el libre ejercicio del periodismo en México.
Cómo creer que hay un interés auténtico en la protección de periodistas, sí no están tras las rejas los responsables de agresiones y asesinatos de más de 100 periodistas en los últimos diez años.
Falta de voluntad
La Feadle se convirtió en un gran elefante blanco, un ente que deja en evidencia la brecha entre la realidad jurídica y lo que sucede todos los días con periodistas que son amenazados, agredidos y asesinados en México.
La deuda es grande y no existe un interés real de dar resultados, el asunto pretenden, se olvide, se coloque al final de la agenda informativa, le sea ajeno a la sociedad y mantenerlo en un discurso emotivo, pero carente de autenticidad.
Las cifras no engañan y de acuerdo a datos de la propia Fiscalía, de mayo de 2013 hasta el 31 de agosto de 2016, atrajo sólo 47 casos. Cifra que contrasta totalmente con los datos reportados en ese mismo periodo en diversos medios de comunicación nacional cuyos reporteros sufrieron agresiones de diversa índole.
De julio de 2010 a agosto de 2016 se integraron 798 averiguaciones previas, que dieron como resultado 101 consignaciones ante juez (12.65 por ciento) y tan solo dos sentencias condenatorias (0.25 por ciento).
Las cifras que involucran delitos contra periodistas representan la existencia de 99.75 por ciento de casos sin sentencia. Frente a la crudeza de estas cifras, acaso ¿podríamos creer que existe voluntad política para abatir la impunidad en los delitos cometidos en contra de comunicadores?
La Feadle cuenta con un presupuesto anual superior a los 40 millones de pesos. ¿A dónde van a parar los recursos? ¿Cuánto cuesta a los mexicanos mantener una fiscalía que desde su creación sólo ha arrojado como resultado 2 sentencias condenatorias?
SÍ hablamos de transparencia, valdría la pena auditar y mostrar la eficiencia y eficacia de la Feadle bajo los parámetros para los que fue creada.
El atlas de la vergüenza
Una de las propuestas lanzadas por el presidente de México fue la creación de un atlas de riesgos para periodistas. En este sentido, tal vez ahorraríamos gran gasto de recursos y la creación de un organismo especializado para tal fin, sí hicieran un ejercicio de preguntar al propio gremio, o bien, consultar los periódicos, ahí está la información.
Entonces, sí se trata de crear un atlas de riesgo para los periodistas, tal vez tendrían que crear otro para los turistas; para los transportistas que utilizan nuestras carreteras; para jovencitas que son víctimas de lenones; para ahorradores que son asaltados al salir de algún banco; para los automovilistas que son asaltados en horas pico en alguna vialidad; para mujeres que salen a la calle; para niños que son robados, etcétera, etc.
¿Y la labor periodística en Tlaxcala?
El discurso pronunciado por el gobernador de Tlaxcala, Marco Mena, fue oportuno y predecible, ya que aprovecho la ocasión y en el marco de la celebración del XXV aniversario del periódico Síntesis, envió un mensaje en torno a la defensa de la libertad de expresión.
Frente a un número importante de periodistas, reconoció el rol de los medios de comunicación como “esencia de esa sociedad democrática que anhelamos”.
En este sentido, será interesante e importante para los periodistas de Tlaxcala estar atentos a las acciones concretas que emprenderá su administración para apuntalar el proyecto de protección, con un marco legal acorde a la nueva realidad que se vive a nivel local.