Más de 6 mil 390 divorcios se registraron en 2016; de estos, en mayor medida se presentó el llamado Síndrome de Alienación Parental, afectando principalmente a los papás, informó el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo.
La situación ocurre cuando, después de la separación, independientemente de la causa, la madre crea en los hijos ideas exageradas y negativas de la figura del padre, por lo que consecuentemente es el menor quien rechaza la visita o presencia de su progenitor aun cuando este tenga derecho.
El Síndrome de Alienación Parental (SAP) es un desorden psicopatológico consecuencia del uso de diferentes estrategias por parte de un progenitor, en las que ejerce influencia en el pensamiento de los hijos con la intención de destruir la relación con el otro progenitor, generalmente dirigido al padre, negándole cualquier tipo de contacto.
Este síndrome ha ido en incremento a la par de que los divorcios aumentan, en comparación con los matrimonios, manifestó la diputada local Mariana Bautista de Jesús, del Partido Acción Nacional.
“El SAP afecta en mayor medida a los padres dado que son las madres quienes, por de facto, se quedan con la patria potestad de los hijos, inculcando en los pequeños ideas o creencias negativas, así como sentimiento de odio hacia su progenitor”, dijo.
Obligación de padre, odio a cambio
La Ley para la Familia, en sus artículos 118 al 141, establece que tras la separación de los padres se obliga a ambos a garantizar la calidad de vida de los menores considerando educación, salud, alimentación, vivienda y economía; uno de ellos obtiene derechos y obligaciones como el padre con custodia y el otro asume los deberes y privilegios como el padre sin custodia.
En México, el padre es quien recurrentemente se queda sin la custodia de los hijos, por lo que de acuerdo con la legislación tiene la obligación de aportar una manutención dependiendo de sus condiciones económicas; en caso de omitirla, será acreedor a una sanción tal como la congelación de las cuentas bancarias.
Tras un divorcio es común que la relación entre padre y madre no quede del todo estable, provocando entre ambos sentimientos de ira, rencor y odio que pueden ser transmitidos a los hijos si no se tiene especial cuidado; es en este caso cuando a pesar de la voluntad del padre de realizar las aportaciones y buscar la convivencia con los hijos, especialmente en el caso de varones, existe un rechazo por el menor para ver a su progenitor.
De tales hechos, la diputada Mariana Bautista consideró la urgencia de establecer reformas a la Ley para la Familia a fin de que se castigue (sea padre o madre) a quien con acto de alevosía incite en los niños sentimientos de odio hacia su progenitor, retirándole, temporal o totalmente, la patria potestad.
El padre está obligado a continuar con las aportaciones pese al rechazo de su hijo o hijos puesto que esta situación no está considerada en la legalidad, y en todo caso es la madre quien exige el cumplimiento de su obligación provocando que de acuerdo con el TSJEH tan solo en enero de 2017 se hayan presentado 47 casos de incumplimiento de las obligaciones de asistencia familiar.
La obligación del padre de dar alimentos cesa cuando el alimentista deja de necesitarlos; en caso de injuria, falta o daños graves, calificados por el juez, inferidos por el alimentista contra el que debe darlos; cuando la necesidad de los alimentos dependa de una conducta viciosa o falta de aplicación al estudio del alimentista mayor de edad, mientras subsistan estas causas, y por muerte del acreedor alimentista.
Cambio de personalidad
Este tema debe ser socializado con los hijos como un hecho natural y positivo para evitar en ellos cambios de conducta que afecten tanto su rendimiento escolar como sus relaciones afectivas, explicó Luis Alberto Nieto Ricarte, presidente de la Fundación Smile, que atiende a pequeños psicológicamente luego de un divorcio.
Dado el incremento de divorcios en el estado, Nieto Ricarte consideró indispensable que los padres sepan actuar frente a los hijos sin que sus situaciones personales dañen el sentimiento natural que tienen hacia ellos.
Para evitar el rompimiento de la relación padre-hijo, el presidente de la Fundación Smile asegura que es necesario el diálogo constante con los pequeños y fundamentalmente que la madre no descargue su ira o desprecio en presencia de los hijos, ya que se puede afectar la salud mental.
A nivel de legislación, en el estado de Hidalgo se están discutiendo diversas iniciativas que van de acuerdo a la Ley de la Familia, para preservar los derechos de los niños al respecto de la convivencia con sus padres o quien tiene la patria potestad, de manera que se busca castigar o penalizar a quien ejerza manipulación en el niño para que se ponga en contra del otro progenitor perdiendo el derecho de la patria potestad.
El índice de niños que llegan que presentan odio hacia alguno de sus progenitores es muy elevado, según determinó Mariana Bautista de Jesús, por lo que se está proponiendo que la ley intervenga y establezca medidas para erradicar estos casos, garantizando los derechos de manutención de los niños al igual que la salud mental.
Según la legisladora, el cambio legal debe ser considerado con diferentes instituciones en la materia tales como el Sistema DIF, permitiendo un cambio cultural tras el rompimiento de una figura familiar, hecho de urgencia luego de que en el estado las leyes no están preparadas para los cambios en la conformación de una familia.
La iniciativa que aborda el tema fue presentada al Congreso del estado en septiembre del año pasado; sin embargo, derivado de lo extenso del tema, se ha atrasado para ser aprobada.
De igual manera debe existir un efecto social en los padres e hijos para dejar de estigmatizar la figura paterna como aquel que deja o abandona la casa, el que los olvida o los cambia por otra familia volviéndolo el malo de la historia, según declaró él presentación de la Fundación Smile, Nieto Ricarte.
Papá o mamá
Pese a los cambios sociales, la preferencia sobre la madre prevalece en los hijos haciendo a un lado la posible patria potestad del papá, “a ellos no les importa con quién irse, sólo quieren ver a sus padres juntos”, dijo Nieto Ricarte; no obstante, luego de los conflictos conyugales se va creando la idea de que el culpable de la separación es papá y mamá la afectada.
En la mayoría de los casos en pequeños tratados psicológicamente por estos hechos se ha determinado que tan sólo en Pachuca los pequeños (especialmente varones) crean un vínculo de protección hacia la madre y eligen permanecer a su lado.
El conflicto del SAP se determina en relación al número de divorcios que se presentan de acuerdo a los especialistas, y aunque no en todos los casos el padre se ve afectado, consideran urgente y alarmante el incremento de separaciones que se ha venido dando en la entidad, por lo que de acuerdo con cifras del TSJEH y el INEGI, los municipios con mayor incidencia en el tema son Pachuca con 2 mil 12, seguido por Tulancingo con mil 52 durante 2016.
Así, entre el año 2000 y el 2015 el monto de divorcios aumentó 136.4 por ciento, mientras que el de matrimonios se redujo en 21.4 por ciento.