Helmut Joseph Michel Kohl, excanciller alemán, es famoso por lo que dijo, pero más por lo que hizo, constituyó, formó, creó, inventó y otras palabras equivalentes. He aquí una frase célebre de él: “Me han subestimado durante décadas. Me ha ido muy bien así”, dicha expresión puede tomarse por resentimiento, la verdad es que fue de gratitud, porque sólo en la posición de excluido se puede trabajar en el proyecto personal y social que se aspira realizar.
El cimiento de la actitud política de Helmut Kohl se remonta desde sus años de infancia, cuando apoyó en la búsqueda de soldados y ciudadanos civiles alemanes y sepultados en los escombros abatidos en bombardeos cotidianos infringidos por los países aliados. Siendo adolescente es alistado al ejército regular nazi hasta terminar la Segunda Guerra Mundial.
Invadido de sed por el conocimiento teórico y científico se matricula en la Universidad de Heidelberg, casa de estudios donde obtuvo el doctorado en historia y ciencia política. Consideró elemental el conocimiento de la historia de su país y del mundo, así lo demuestra en la siguiente máxima de su ingenio; “Un pueblo que no conoce su historia no puede comprender el presente ni construir el porvenir”.
Incursiona a la vida política a los 17 años incorporándose al partido Unión Demócrata Cristiana (CDU). Su activismo le permite ser ministro – presidente del estado federado de Renania Palatinado, pocos años después es nombrado líder del CDU de 1973 a 1998. En 1976 participa en la elección para canciller de Alemania, pero es derrotado, dicha experiencia lo obliga a ser más: cauto, profesional.
La derrota le sirve para desarrollar la habilidad de ser visionario, imaginativo, diplomático y perseverante. Cultiva la destreza de establecer relaciones con dirigentes de grupos políticos de su país, en lugar de reprochar el triunfo de los más sagaces en el intricado campo de la política. El arte de la persuasión le vale para ganar la confianza de gobernantes mundiales de la talla de: George H. W. Bush, presidente de los Estados Unidos, François Mitterrand presidente francés, Margaret Thatcher Primera ministra británica, Felipe González Márquez presidente español y el líder soviético Mijaíl Gorbachov entre otros.
El mérito de Helmut Kohl durante el desempeño de canciller de 1982 a 1998 (16 años) es haber unido a las dos Alemanias en 1990, cercenado por 45 años a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Es haber unificado a varios países para conformar la Comunidad Económica Europea (CEE). Y utilizar una sola moneda en las transacciones económicas conocida por el Euro.
La conducción política y económica de Alemania causó asombro, así se interpreta las palabras vertidas por Margaret Thatcher al firmar el documento de colaboración por la unificación de Europa: “Prefiero dos Alemanias a una”. En otra ocasión la “Dama de hierro”, externó:
“Hemos derrotado a los alemanes en dos ocasiones, ¡y los tenemos de nuevo! Las palabras en referencia fueron tomadas por Helmut Kohl por política sincera. En tanto, el George Bush lo describe de la siguiente manera: fue un verdadero amigo de la libertad y Uno de los más grandes líderes de la Europa de la posguerra”.
Otro de los atributos de Helmut Kohl fue el cultivo de la tolerancia, cualidad elemental de políticos demócratas, sólo los autoritarios imponen su forma de pensar, de actuar y de creencia, respecto a la tolerancia a la religión dijo:
“Mis padres eran cristianos, católicos… Recuerdo que mi madre era una mujer muy piadosa, pero nunca tuvo problemas con otras religiones”.
El estadista Helmut Kohl fue nombrado ciudadano de honor de Europa por el Consejo Europeo en 1998. Obtuvo el Premio Carlomagno y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por su convicción internacionalista. Ahora ya descansa entre los hombres ilustres de la historia universal, el pasado viernes 15 de junio falleció.