Esta semana, a raíz de los últimos acontecimientos violentos en contra de mujeres que han ocurrido en Puebla, dos instancias distintas emitieron declaraciones al respecto, haciendo un llamado a las autoridades para tomar cartas en el asunto pero en serio.

Hay que recordar que no todos los casos de mujeres encontradas sin vida y con evidencia de haber sido torturadas o maltratadas son tipificados como feminicidios, ya que como he descrito en publicaciones anteriores, estos para ser declarados como tales deben cumplir ciertos  “requisitos”, por así decirlo, pero sea que entren o no en el rubro, es alarmante la violencia con que han sido asesinadas las últimas mujeres encontradas.

Sabemos que la situación delincuencial en el estado se pone cada vez más color de hormiga y que desgraciadamente algunos de los casos de mujeres halladas muertas corresponden a esta, pero no por ello debemos minimizar el fenómeno del feminicidio.

Es por ello, que tanto el Consejo Ciudadano de Derechos Humanos e Igualdad de Géneros del municipio de Puebla, como el Observatorio de Violencia Social y de Género del Instituto de Derechos Humanos, Ignacio Ellacuría de la Universidad Iberoamericana de Puebla (IBERO), decidieron expresar su postura.

El que lo hayan hecho en la misma semana ya nos dice algo. Creo que cada vez más las instituciones y los organismos no gubernamentales (ONG’s) alzarán la voz a nombre de la sociedad, más cuando a nivel local y nacional, mayo fue el mes más violento en décadas.

En cuanto a lo anterior, la titular del Observatorio de Violencia de la IBERO, Ana Jetzi Flores Juárez, destacó que en comparación con los dos años anteriores, en lo que va del 2017 se comete un delito de odio contra las mujeres (feminicidio) cada tres días, cuando antes era cada 4.5 y 4.2 respectivamente.

Un punto que me pareció muy importante en las declaraciones de la responsable del Observatorio, fue el señalar como causa principal de que se cometa un feminicidio, “la idea de superioridad del hombre sobre la mujer” y que bajo esta justificación, los señores buscan someter mediante la violencia a las mujeres para que estas se queden guardadas en sus casitas y no se salgan del rol que según ellos, está establecido para nosotras, es decir, vivir solo para servirles en lo que gusten y manden. En palabras de la experta, “es un llamado de atención a la cultura dela subordinación…es una sanción ejemplar para las mujeres que osan salir del espacio doméstico”.

Desgraciadamente, como expresaba en la columna de la semana pasada, aún en pleno siglo XXI esta idea prevalece en un número no menor de familias y en efecto, los varones toman como válido ejercer violencia contra sus parejas al considerar que deben ser castigadas tanto por hacer, como por no hacer tal o cual cosa, según sea su consideración de lo que deben o no realizar como mujeres.

Sobre el mismo tema, el Consejo Ciudadano de Derechos Humanos, emitió un comunicado de prensa en el que hace un llamado a autoridades para cumplir con las recomendaciones realizadas por el Consejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia (CONAVIM) y a medios de comunicación a que hagan un manejo responsable de la información sobre los feminicidios.

En este sentido, quiero resaltar la solicitud que hacen a las autoridades de capacitar a comunicadores en materia de perspectiva de género; esto me suena a que tiene relación con la fallida encuesta que hace poco lanzó un importante comunicador radiofónico sobre cuál es la causa de la violencia doméstica contra las mujeres.

Sabemos que no es el único comunicador que de repente hace comentarios desatinados al respecto, porque aunque traten de ir con los nuevos tiempos, la mayoría de ellos crecieron en una época en la que el machismo era mucho mayor que el de ahora, por lo que me parece correcto que el mencionado Consejo haga este llamado para su capacitación. Recordemos que a raíz de la sonada encuesta, el mismo Instituto Estatal de las Mujeres señaló que la llevaría a cabo.

También quiero destacar el exhorto que el Consejo hace a las autoridades para “trabajar con respeto al estado laico y por encima de sus convicciones personales para garantizar la seguridad y respeto a las mujeres”.

Bien sabemos que sin importar su cargo, las ideas machistas están presentes en los funcionarios públicos, pero al estar al servicio de la población, deben atender a la demanda de crear acciones y estrategias que combatan la violencia de género y pongan un alto a los feminicidios.

Ojalá no hagan oídos sordos.

Nos leemos el próximo domingo.

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