Falta vocación en la fiesta brava: RafaelilloPara Rafael Gil “Rafaelillo”, la fiesta de los toros ha perdido su esencia a raíz de toreros faltos de vocación, entrega, sentimiento y respeto hacia la fiesta brava.

En entrevista para “La Otra fiesta”, el matador asegura que los grupos y empresarios que se han adueñado de los toreros y de la misma fiesta, se encargan de cerrar las puertas a quienes no satisfacen sus intereses, de ahí el detrimento de la esencia que de los festejos taurinos tanto en la esfera local, nacional  e internacional.

“La esencia se ha perdido, se ha hecho muy mecanizado, se ha hecho como una empresa y el toreo es otra cosa; el toreo es de sentimiento, el toreo es de entrega, es una vocación, y los toreros es lo que les falta en la actualidad, tener una auténtica vocación, tener un respeto y un cariño a todo lo que es la fiesta brava; un respeto al toro, un respeto al público”.

¿Cuál es la diferencia entre los toreros de su generación y de los actuales?

“La verdad en mi época no existían escuelas taurinas, no existían maestros, al contrario, ahí los mismos toreros le daban consejos al contrario para ver si te lastimaba un toro. En los 60 y tanto yo viví otro tipo de época, de los maletillas, de meterse a las ganaderías, de ser torero bufo, de torear en burro, en bicicleta, las para hacer reír a los niños y después torear una vaca en plan serio, entonces en mi época había que salir a buscar pues no te iban a tocar la puerta como como lo es ahora”.

Aún se dice gitano y romántico de la fiesta de los toros, por eso censura las prácticas que han utilizado los empresarios para desvirtuar la magia que encierra un festejo.

“Ahora es con grupos, con empresarios con equipos y el que no está en ese equipó pues está perdido y eso es lo que no me gusta y sí lo censuro porque hay que ser parejos con todos, hay muchachos que tienen grandes cualidades y mientras más se arriman y cortan las orejas, los apoderados de otros grupos no te dejan pasar”.

El matador cumplirá el próximo 25 de diciembre 46 años de alternativa, y asegura que la mayoría de los actuales toreros carecen no únicamente de sentimiento, entrega y vocación, sino que también es necesario inculcarles valores en virtud de que serán ellos los representantes y quizá ídolos de las futuras generaciones.

“Hay que educarlos inclusive para que no pierdan esos valores y sean muchachos educados, decente, porque son los que nos representan a los que hemos sido en su momento; ellos son el futuro de la fiesta, la juventud es el futuro de la fiesta, pero hay que apoyarlos”.

A más de un año del fallecimiento de Rodolfo Rodríguez “El Pana”, su compadre Rafael Gil lamenta que la fiesta de fiesta de los toros se esté quedando sin taurinos románticos.

“Es preocupante (que nos estemos quedando sin románticos en la fiesta de los toros) porque el romanticismo siempre debe existir en el toreo. Ahora los toreros son muy buenos y técnicos, pero toreros como El Pana, mi compadre, que era un torero fuera de lo común, con vocación inmensa, con un respeto a la fiesta brava, con su carácter, ya quedan muy pocos”.

Rafael Gil “Rafaelillo” ha sufrido a lo largo de 45 años como matador de toros 46 cornadas, tiene las dos femorales de plástico y relata que “me iban a amputar las piernas, por eso somos toreros románticos, de afición, de corazón, eso es lo importante, entregarse a lo que te has marcado en tu futuro”, de ahí el llamado a las nuevas generaciones a no perder el romanticismo y entregarse por completo a esa profesión.