Para las personas con discapacidad el enfrentarse cada día a los obstáculos que representa la sociedad no es tarea fácil, máxime, si se trata de mujeres que ya de por sí padecen de cierta discriminación en los diferentes ámbitos sociales.
Hace 16 años, la vida de la maestra María del Carmen Mazarrasa Corona cambió radicalmente. La enfermedad de Lupus que padece, le orilló a la amputación de una de sus piernas y desde entonces entendió las dificultades de las personas con discapacidad pero a la vez, descubrió que su misión en la vida era la de ayudar a la gente.
El periódico Síntesis visitó a una entrañable amiga de este diario, quien hace ya más de una década condujo los destinos de estas páginas, aunque las circunstancias de la vida la obligaron a cambiar el periodismo, por el altruismo.
¿Qué determinación tomó a partir de que sufre la discapacidad?
“Pues pensé en que había que hacer algo para que esa gente que no tiene recurso la puedan ayudar como a mí en su momento me ayudaron. Me di a la tarea de crear primero una asociación civil, o de crear un organismo dentro del gobierno que finalmente se convertiría en el Instituto Tlaxcalteca para Personas con Discapacidad”.
¿Que representa para usted ayudar a la gente con discapacidad?
“Es una satisfacción pero no lo hago sola, tengo un equipo completo y representa satisfacción personal. Todos los que me ven y que hemos podido ayudar siempre nos mandan bendiciones, pero lo más importante es que esa gente está viviendo mejor”.
¿De las personas que ayuda, qué cantidad son mujeres?
“El dato es igual entre hombres y mujeres, la población actual en Tlaxcala es mayor en mujeres pero a la mujer es a la que le llega más tarde el apoyo que al hombre cuando tiene una discapacidad. Padece más la mujer con una discapacidad porque tiene una doble discriminación por género y por su condición de discapacitada”.
¿Qué tan agradecidas son las personas a las que ha ayudado?
“Si lo son porque uno no solamente les brinda el apoyo asistencial o la ayuda técnica, sino que en cuanto llegan es un requisito que tomen terapia psicológica porque la persona tiene que aceptarse”.
Para María del Carmen Mazarrasa Corona, la labor de ayudar a las personas con discapacidad no ha sido fácil, pues en el camino ha tenido que lidiar con obstáculos tanto sociales como gubernamentales.
¿Qué tanto le ha apostado a cambiar el chip de las autoridades?
“Ha sido difícil porque tenemos que avanzar y necesitamos a las autoridades sensibles al fenómeno porque cuando no hay sensibilidad tenemos que hacer mucha conciencia con ellos. Tlaxcala se ha convertido en los primeros lugares de integración laboral de personas con discapacidad, pero antes tuvimos que hacer trabajo de sensibilización e ir a tocar puertas muchas veces”.
¿En términos de apoyo moral y físico, qué representa la familia para usted?
“Tanto la familia como los amigos fueron algo muy importante, también los compañeros de trabajo, por eso es que cuando pensé en que había que hacer algo fue en toda esa gente en donde encontré el apoyo”.
¿Qué opina de la trascendencia que actualmente tiene la mujer en la sociedad?
“En Tlaxcala ya tiene mucho que hay secretarias, directoras, eso habla bien porque hay un equilibrio y es lo que necesitamos. La igualdad es que haya un equilibrio y es bueno porque la mujer ha estudiado igual que el hombre y que mejor que haya apertura en estos cargos donde se toman decisiones”.
¿Qué mensaje les daría a mujeres que padecen alguna discapacidad?
“Que no se sientan menos, que tenemos que luchar por el respeto hacia la discapacidad y que tenemos que respetarnos nosotros mismos, aceptándonos. Tal vez tengamos una discapacidad pero lo que tenemos que explotar son nuestras potencialidades, nuestras capacidades y no estarnos fijando en nuestras discapacidades”.