Hace 174 años, una plataforma circular terminó siendo el nombre de la Plaza Principal de la Ciudad de México y a partir de una remodelación arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron el zócalo de ese Monumento a la Independencia que se quedó en esbozo y que bautizó la explanada.
El INAH informó a través de un comunicado que resulta significativo que el elemento arquitectónico de una de las plazas más grandes del mundo. Incluso el Diccionario de la RAE da una definición a la palabra: “plaza principal de una ciudad, especialmente la del Distrito Federal”, ahora Ciudad de México.
El equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH ha podido comprobar que el monumento proyectado por el entonces presidente Antonio López de Santa Anna para conmemorar la Independencia, cuya primera piedra se colocó el 16 de septiembre de 1843, se convirtió en víctima de un México endeudado y convulso.
Desde el pasado 21 de abril, el INAH realiza la supervisión arqueológica del proyecto de rehabilitación de la Plaza de la Constitución, que contempla la sustitución del piso de concreto y la adecuación de la infraestructura peatonal y urbana por parte del Gobierno de la Ciudad de México. Dichos trabajos permiten a los arqueólogos bajar sólo 50 centímetros con respecto a la supercie, sucientes para hallar elementos históricos como en este caso. Fue así que al acercarse al norte del asta bandera, registraron “la sección de una plataforma de planta circular a escasos 30 centímetros de profundidad ésta posee 8 metros de diámetro por 28 centímetros de alto, y está rodeada por un patio circular de 3 metros de ancho”.