El presidente Nicolás Maduro ratificó que mantendrá su iniciativa para reescribir la constitución con lo que descarta que vaya a reconocer la decisión de más de siete millones de venezolanos que votaron contra ese plan en una consulta simbólica. Mientras tanto, Estados Unidos amenazó con fuertes medidas económicas si se sigue adelante con ese proceso.
“No me intimida”, dijo Maduro en una alocución que realizó desde el palacio presidencial. Denunció asimismo que la alianza opositora realizó el simulacro de votación contra la Constituyente para “enviar un mensaje al mundo para que sigan presionando” a su gobierno.
La declaración de Maduro se dio horas antes del duro pronunciamiento del presidente estadounidense Donald Trump, en que apoyó la iniciativa de la oposición venezolana y señaló que ese tipo de acciones son ignoradas por “un mal líder que sueña con convertirse en un dictador”.
“Estados Unidos no se quedará parado mientras Venezuela se desmorona”, dijo Trump en un comunicado.
No hubo comentarios de inmediato del gobierno de Maduro, quien ha acusado a Estados Unidos de orquestar la desestabilización en Venezuela y buscar su derrocamiento. Ambos países han mantenido relaciones tirantes durante más de una década.
Más temprano, la oposición venezolana convocó a un paro cívico nacional de 24 horas como parte de una campaña que denominan “Hora cero” y con la que busca intensificar las presiones contra Maduro.
El diputado Freddy Guevara, vicepresidente de la Asamblea Nacional y quien habló a nombre de la coalición opositora, dijo que la paralización será el jueves y que al día siguiente la Asamblea nombrará nuevos magistrados y 21 suplentes que reemplazarán a cerca de la mitad de los miembros actuales del Tribunal Supremo – que controla el oficialismo – que fueron designados por el anterior Congreso en diciembre de 2015 en un proceso que ha sido cuestionado por opositores y juristas.
La coalición de la Mesa de la Unidad Democrática también firmará el miércoles un “compromiso unitario para la gobernabilidad” a fin de avanzar en la conformación simbólica de un “gobierno de unión nacional” y se crearán en todo el país unos 2 mil 000 comités que actuarán como organizaciones populares para restablecer el “orden constitucional”.
“Obligados a defender nuestra constitución activamos esta fase superior de esta lucha cívica”, señaló Guevara al justificar la escalada de las protestas, y exhortó al gobierno a que atienda el llamado que realizaron los electores la víspera en una consulta simbólica y retire la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Asimismo, pidió a la fuerza armada que acate los mandatos del Congreso, de mayoría opositora.
Unos 7,6 millones de votantes rechazaron la víspera el proceso constituyente en una consulta ideada por la alianza opositora para retar al gobierno y dejar en evidencia el rechazo de muchos al plan de Maduro.
Tras la participación que se dio en la consulta, el presidente de la Asamblea Nacional, diputado Julio Borges, indicó que la coalición opositora entró en nueva etapa que implicará la profundización de las acciones de calle para lograr la «presión necesaria» que permita detener la Asamblea Nacional Constituyente, cuyos miembros será electos en dos semanas.
El gobierno de Maduro, cuya popularidad ronda 20%, ha enfrentado en los últimos cuatro meses una ola de protestas que han dejado al menos 93 fallecidos, 1mil 500 heridos y más de 500 detenidos.
A pesar de la tensión política, el mandatario ha continuado adelante con su iniciativa de la Asamblea Constituyente que se instalará en agosto, luego de la elección de sus 545 miembros el 30 de julio, y que tendrá entre sus primeras tareas la revisión del Ministerio Público y la posible remoción de la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, quien luego de ser vinculada por años al oficialismo está enfrentada contra Maduro.