La Asociación Profesional de Golf femenino (LPGA), de Estados Unidos, emitió un comunicado en el cual estableció un nuevo código de vestimenta que se aplicará a partir de este lunes.

La directora Vicki Goetze-Ackerman difundió un correo electrónico “importante” en donde se da un listado de prendas que ya no estarán permitidas al momento de presentarse a un torneo.

La polémica está servida de nuevo dentro del deporte profesional, esta vez se trata del golf femenino, donde a partir de este lunes, de acuerdo al nuevo código de vestimenta, las jugadoras no podrán utilizar en el campo minifaldas ni camisas con escotes, entre otras prohibiciones.

 

Entre las nuevas normas se informa que prohibido el uso de escotes y minifaldas. La longitud de los shorts deberán ser lo suficientemente largos como para evitar cualquier imprevisto o descuido.

El polémico código de vestimenta ya ha generado todo tipo de declaraciones negativas, pero la realidad es que desde hoy la LPGA, organización que rige el golf femenino estadounidense y organiza el circuito de competición a nivel nacional, no permitirá escotes, minifaldas ni mallas a no ser que se lleve también un pantalón corto.

En el mismo expresan las prendas femeninas que no podrán ser utilizadas mientras se compite, especificando claramente la longitud que deben tener las faldas y pantalones.

Tampoco deberán llevar determinados collares o colgantes mientras compiten.

En definitiva, la LPGA establece que se debe llevar en todo momento durante la competición la vestimenta apropiada para jugar a golf, sin hacer ninguna concesión a otro tipo de exhibición de prendas de moda o de actualidad.

El argumento expresado por la LPGA es que cuando se está en el campo de juego el único objetivo de las deportistas es el de competir con unas normas que no generen ningún tipo de controversia o deriven en otros elementos extradeportivos.

El castigo para las golfistas que incumplan con el nuevo código de vestimenta que ya rige dentro de la LPGA será de 1.000 dólares cuando se trate de la primera infracción, pero que se duplicará a medida que se vayan dando más violaciones a las normas por una misma deportista, de acuerdo a lo que expresa el correo de Goetze-Ackerman.