Un Javier Duarte distinto al de ocasiones anteriores. Lejos quedaron las sonrisas, señas y gestos de burla de las audiencias de su proceso de extradición de Guatemala transmitidas por televisión, o el protagonismo que tuvo en la audiencia inicial del lunes pasado en México, donde él mismo hizo más de 20 preguntas que pusieron en serios aprietos a los fiscales de la PGR.

La de ayer fue casi desde el inicio otra película, que no tuvo un final feliz para el exgobernador y sus siete abogados.

La Procuraduría General de la República, que en la audiencia inicial del lunes envió solo a tres fiscales, esta vez duplicó su fuerza: seis agentes del Ministerio Público entre ellos el propio subprocurador de Delincuencia Organizada de la PGR, Israel Lira Salas.


La última intervención de Javier Duarte en la audiencia del sábado fue para repetir la misma frase que había pronunciado ya tres veces antes “me apego a lo dicho por mi defensa su señoría”.

El abogado del Toro sin embargo, sí tuvo palabras de despedida. Una de ellas fue para el juez al que le solicitó copia detallada de todo el expediente pues anunció que apelará la resolución para que la revise un tribunal.

Y el último mensaje fue para los fiscales de la Procuraduría:

Colegas, han dado una pelea férrea esta vez y se les reconoce su esfuerzo. Sin duda nos seguiremos viendo”, dijo Del Toro.

Luego el abogado le dio una palmada en la espalda a Javier Duarte y le susurró algo justo unos segundos antes que un agente de la Policía Federal, que estaba a unos metros del exgoberndor, se acercara con unas esposas en las manos.