Con 47 años de servicio, el Centro de Estudios Superiores Navales (Cesnav) se encuentra al nivel de cualquiera de los mejores colegios de su tipo en el mundo, con una eficiencia terminal “muy por encima de todos”.

El director de la llamada “Universidad naval”, Mario Carbajal Ramírez, aseguró que desde su puesta en operación, la institución ha crecido y cumplido la visión que tuvo originalmente, ser un centro educativo de vanguardia, con calidad académica.

“El Centro de Estudios Superiores navales nace en 1970, con la misión de impartir los cursos de posgrado al personal de la Secretaría de Marina e invitados, para preparar a los líderes que se han de desarrollar, tanto en las áreas estratégicas, operacionales y tácticas, así como coadyuvar en la doctrina y planeación estratégica de la institución”, subrayó.

En entrevista con Notimex, el vicealmirante Carbajal aclaró, además, que las especialidades, maestrías y doctorados que ofrecen no tienen costo, pues quienes ingresan “prácticamente vienen becados”, e inclusive hay instalaciones para que puedan comer y hospedarse, sin preocuparse por ello.

“Nosotros no lucramos, tratamos de generar conocimiento y darlo a conocer, expresó.

Ubicado en la zona sur de la Ciudad de México, con instalaciones que cuentan con tecnología de última generación, el Centro de Estudios Superiores navales ofrecerá a partir del próximo curso (que inicia el 31 de julio), los doctorados en Defensa y Seguridad Nacional y en Administración Marítima y Portuaria.

En aulas inteligentes, donde el catedrático interactúa con los alumnos, se imparten, también, las maestrías en Administración Naval, Ciencia Política, Seguridad de la Información y Seguridad Nacional.

Igualmente, las especialidades en Administración Naval, Informática, Análisis de Operaciones, Sistema de Armas, Geopolítica, Comunicaciones, Electrónica e Informática.

Dentro de las instalaciones, cuenta con cabinas que tienen instalados simuladores de diverso tipo, en los cuales se puede, por ejemplo, trazar una estrategia de apoyo a la población ante una supuesta afectación por un fenómeno natural.

Los alumnos tienen que realizar planes operativos y tácticos, sin olvidar ningún detalle, pues, en el supuesto mencionado, si olvidan cargar combustible a los vehículos, o la alimentación de los socorristas, el sistema (donde previamente se cargó la estrategia correcta), reportará donde se encuentra la omisión.

Carbajal Ramírez subrayó que la administración federal ha dado un apoyo excelente, a la institución, que sí se refleja.

“No tenemos problemas para contratar catedráticos externos, del nivel que sea, Inclusive para el doctorado en Defensa y Seguridad Nacional traemos doctores desde Alemania, España, Estados Unidos, de donde sea necesario para mantener la calidad académica”, remarcó.

“Que haya una restricción presupuestaria, no. Tenemos todo el apoyo como tal. Hay algunos proyectos inclusive de crecer, proyectos y programas de inversión que se están manejando con Hacienda, pero lo que puedo decir, lo que he constatado, la infraestructura a nivel de la Universidad Naval, como tal, ha crecido bastante”, añadió.

De acuerdo con el director, el plantel ha tenido una modernización como nunca, y es uno de los centros educativos de mayor calidad que tiene el país, y de ahí que entre sus egresados haya personas que han sido designadas para ocupar embajadas y agregadurías navales, o han sido nombrados titulares en alguna Región Naval.

El plantel tiene capacidad para atender a unos 300 alumnos, de los cuales 230 son de manera presencial y los restantes a través de los servicios en línea, y son principalmente personal de las secretarías de Marina, de la Defensa Nacional o de las entidades de la administración pública federal, así como algunos invitados de naciones amigas.

El vicealmirante Carbajal Ramírez destacó el honor, orgullo y responsabilidad de estar al frente de la universidad naval, que se encuentra al nivel de los mejores colegios de su tipo en el mundo, y a sus 43 años de servicio en la Armada de México, reveló, en tono de broma, el motivo de su ingreso a la institución.

“Cuando a mí me preguntan que por qué entre a la Armada de México, a la Secretaría de Marina, yo les digo que entré a probar, y ya con 43 años, creo que me empieza a gustar un poquito… La verdad es que encontré mi vocación”.