Mientras la clase política se ha apoderado del presente y del futuro del país, los mexicanos llenamos nuestra lista de supuestos imposibles.
Que si nos quejamos, es imposible que nos escuchen. Que si exigimos, es imposible que nos respondan. Que si pedimos justicia, es imposible luchar contra la impunidad y la marginación. En fin, parece que así, es imposible cambiar.
Hace más de dos años, cuando anuncié que buscaría en los tiempos que la ley me lo permitiera, una candidatura independiente, los políticos de siempre, que pertenecen a los partidos de siempre, me desacreditaron. Dijeron que es imposible que un ciudadano, que no es parte de la clase política, pueda competir por la Presidencia de la República. Para ellos, esa arena sólo le corresponde a sus cuates, a los integrantes de su grupo y quieren que entendamos que es imposible quitarlos de ahí.
Sin embargo, después de recorrer el país y reunirme con miles de personas, he constatado que los imposibles no existen. Todas y todos me han dicho que están dispuestos a trabajar porque sea posible cambiar a México. Y con ese ánimo estoy convocando a todos los ciudadanos para que participen en el México que queremos.
No obstante que para todos es evidente que México busca un verdadero cambio, los de siempre siguen poniendo piedras para que sustituyamos a quienes nos han hecho tanto daño.
Recientemente, el Instituto Nacional Electoral aprobó una serie de lineamientos para garantizar la equidad entre los participantes en la contienda electoral, que busca regular el protagonismo de dirigentes y gobernantes en medios y redes sociales. Sin embargo, con el objetivo de satisfacer las quejas de quienes los eligieron, los Consejeros Electorales midieron con la misma vara a candidatos de partidos y a quienes buscamos una candidatura independiente. ¡Un error garrafal!
Es absurdo comparar a un Moreno Valle, a un López Obrador, a un Ricardo Anaya con ciudadanos que no contamos con aparatos partidistas de respaldo. Hablo del corporativismo que dominan y miles de millones de pesos que manejan que el propio INE les da.
Con esta decisión, el INE nos quiere recordar que el cambio político en el país es imposible, que pensar un México sin partidos es imposible, que para los ciudadanos es imposible cambiar el rumbo de México.
La ley electoral en el país es una de las más inequitativas del mundo, aquí los partidos tienen prioridad, cuentan con el dominio dentro de los órganos electorales y los requisitos para que los independientes puedan competir son muy difíciles.
La LEGIPE indica que si alguien busca una candidatura independiente debe de conseguir el 1% del Padrón Electoral Nacional vigente, algo así como un millón de votos, garantizando que en 17 estados se cuente con el 1% del padrón local, todo esto sin un sólo recurso público, sin prerrogativas y después de la decisión del INE, sin poder aplicar estrategias de comunicación en redes sociales.
Esta ley está hecha para los partidos y el INE vigila que sólo los partidos participen, se olvida de que es un órgano ciudadano. Aprueban medidas que coartan la libertad de expresión y buscan regular un medio que es imposible hacerlo, el internet.
Lo hacen después de que por más de 18 años le han dado spots de radio y televisión a Andrés Manuel López Obrador y durante los últimos meses a los dirigentes del PAN, PRD y PRI. Ya para qué.
Ante esto, los mexicanos ya tenemos la bolsa llena de imposibles, ya no nos caben, lo único que ahora haremos es arrojarlos. México puede cambiar y lo haremos aunque tengamos que repetirle hasta el cansancio a la clase política que sí es posible tener un mejor país. Nuestra nación es de posibles. ¡Vamos por el si!
#JuntosporMéxico
#PoderparaHacer
@PedroFerriz