Ángel Nieto, 13 veces campeón del mundo de motociclismo, ha fallecido este jueves en Ibiza ocho días después de sufrir un accidente de quad que le provocó lesiones intracraneales de gravedad, según ha confirmado la familia a Europa Press. El estado del expiloto ha sufrido esta madrugada un inesperado empeoramiento que requirió una intervención quirúrgica, según el parte médico de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario donde ha sido atendido de sus lesiones.

Nacido en Zamora el 25 de enero de 1947, Ángel Nieto ganó 12+1 títulos mundiales de motociclismo —tal y como le gustaba decir por superstición— durante su dilatada carrera deportiva en el Mundial, que desarrolló entre 1964 y 1986. Su palmarés suma en esos años 90 victorias, que le sitúan el tercero en el ranking histórico del Mundial, tras Giacomo Agostini y Valentino Rossi.

Fue un pionero y un rebelde que fraguó una leyenda del motociclismo y del deporte español. De familia humilde y natural del barrio madrileño de Vallecas, trabajó de todo y en muchos lugares distintos hasta que logró convertirse en piloto. Antes tuvo que trasladarse a Barcelona y trabajar de mecánico en Bultaco, y en la fábrica de Ducati.

En 1970 ganó su primer campeonato del mundo de 50cc con Derbi. Al año siguiente ganó los campeonatos de España de las tres categorías pequeñas: 50cc, 125cc y 250cc y también el Mundial de 125cc. En 1972 logró los mundiales de 50cc y 125cc el mismo día, en la última carrera de la temporada. Ganaría siete títulos de 125cc y seis de 50cc. Solo le quedó la espina de no competir en categorías de mayor cilindrada. No pudo medirse a su amigo y rival Agostini, con 15 títulos mundiales.

Ángel Nieto salió despedido del quad que conducía por la carretera que une Ibiza y Santa Eulalia al recibir el impacto de otro vehículo que circulaba tras él y sufrió un fuerte golpe en la cabeza. Los ocupantes del coche resultaron ilesos y el conductor dio negativo en el control de alcoholemia. Fue ingresado inmediatamente en el centro hospitalario con un fuerte traumatismo craneoencefálico.

Nota original: elpais.com