Por Claudia Hernández Aviña (Notimex)

Para controlar, mitigar y prevenir la emisión y concentración de contaminantes en la atmósfera en ambientes rurales y urbanos, el gobierno federal diseñó la Estrategia Nacional de Calidad del Aire (ENCA) con proyección a 2030.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) proyecta esta herramienta, que orientará y coordinará acciones entre las instancias gubernamentales, establece objetivos, estrategias y líneas de acción para mejorar la calidad del aire en el país, para proteger la salud de la población y los ecosistemas; y contribuir al desarrollo económico sustentable.

La estrategia, con visión 2017-2030, se enmarca en el Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2013-2018 y se fundamenta en el artículo 4 de la Constitución, que decreta el derecho que asiste a las personas para vivir en un ambiente sano para su desarrollo y bienestar.

La dinámica propone además coordinar acciones entre las distintas instancias de gobierno para establecer un equilibrio entre los riesgos a la salud que implican determinados niveles de concentración de contaminantes.

Para ello se establecen cinco ejes y 69 líneas de acción para mitigar emisiones, de manera que en los próximos años se generalicen en las principales ciudades del país.

El primer eje, sobre Gestión Integral, tiene como objetivo coordinar el tema de la calidad del aire de manera compartida entre los tres órdenes de gobierno para reducir las concentraciones de contaminantes atmosféricos en el país.

 

El segundo eje prevé impulsar las instituciones cuyas acciones inciden en la contaminación atmosférica, mediante la delimitación de competencias y ámbitos; contar con un cuerpo de recursos humanos calificados para instrumentar actividades; asignaciones presupuestales para implementar políticas y programas e indicadores que midan el desempeño.

El tercer eje busca actualizar el marco regulatorio en materia de prevención y control de la contaminación de la atmósfera; fortalecer los instrumentos económicos y de fomento para incentivar la transformación voluntaria de los procesos de las empresas para reducir sus emisiones contaminantes, y fomentar y desarrollar un mercado de bienes y servicios verdes.

El cuarto eje, plantea una política atmosférica científica derivada de un monitoreo atmosférico y entre sus herramientas está impulsar la investigación y la innovación tecnológica como base de las políticas para mejorar la calidad del aire.

 

El último eje, hace referencia a la sensibilización y la promoción de actividades concretas de la sociedad, la difusión de la calidad del aire, sus efectos en la salud y en los ecosistemas, así como los riesgos por exposición.

También busca promover actitudes y conductas ciudadanas que contribuyan a mejorar la calidad del aire, impulsar la participación ciudadana , crear conciencia sobre el uso de productos y prácticas que afectan la calidad del aire en exteriores e intramuros