Al final no hará falta vivir cada ronda del Masters 1.000 de Cincinnati entre el suspense de la batalla primero indirecta y, si ambos llegaban a la final, finalmente directa entre Rafael Nadal y Roger Federer por el número 1 del mundo. Los problemas de espalda que perjudicaron al suizo durante el anterior torneo de Montreal, y que se revelaron de forma ostensible durante la final ante Alexander Zverev le han aconsejado finalmente renunciar al último Masters 1.000 antes del US Open.

Como resultado, Rafael Nadal será quien ocupe el número 1 del mundo el próximo 21 de agosto, algo más de tres años después de verse desbancado, en julio de 2014, por un Novak Djokovic que acababa de ganar a Federer en la final de Wimbledon.


Es curioso que después de verse tan perjudicado por lesiones, sea una racha de dolencias entre sus rivales del circuito una de las razones que han devuelto a Rafael Nadal a la primera plaza. En el caso de Murray es oficialmente una lesión de cadera -acudió hace un mes a un especialista en Suiza en busca de solución- lo que le obliga a ir dándose de baja de citas a partir de Wimbledon, aunque previamente al torneo británico su estado de forma tampoco era el que le llevó al liderato. Con Roger ha sido la espalda, un problema recurrente en él en los últimos años.

En Montreal confesó no haber entrenado bastante en las últimas semanas y en la final se le apreció muy estático ante el joven y pujante Zverev. Tras el partido señaló que en las próximas jornadas decidiría si jugaba en Cincinatti. Tardó poco en decidirse. «Siempre me ha gustado este torneo. Cincinnati tiene los mejores aficionados del mundo. Me da pena perdérmelo», declaró.

Pero sería injusto achacar a las bajas de sus rivales el regreso de Nadal al número 1. Rafa, igual que Roger, dependía de sí mismo para acceder al primer puesto en el torneo en el que debutará ante Richard Gasquet (14-0 en enfrentamientos previos). Si alcanzaba los cuartos, a Roger sólo le hubiera valido el título. Es, en realidad, el fruto que recoge tras una excelente temporada que le ha visto ganar una vez más en Roland Garros, en el Mutua Madrid Open, el Masters 1.000 de Montecarlo y el ATP 500 de Barcelona, además de alcanzar las finales del Open de Australia, Monterrey y el Masters 1.000 de Miami. Una temporada espectacular que le ha situado en disposición de suceder a Murray mientras un dubitativo Djokovic ha anunciado que no jugará más este año, al igual que Wawrinka.

Pero que Rafa vuelva al número uno no significa que asegure esta plaza mucho tiempo. Si Roger se da de baja de Cincinatti es para asegurar su presencia en el US Open, con el número 1 otra vez en juego. Roger lo iniciará con los 7.145 puntos de esta semana. Rafa dispondrá de una horquilla entre los 7.475 de una derrota en primera ronda y los 8.465 del título. Los 2.000 puntos en juego en Flushing Meadows pueden enjugar esta diferencia y, también, la de Andy Murray si finalmente juega.