El presidente Donald Trump anunció el viernes que ese mismo día o el fin de semana revelará su decisión sobre un programa de la administración anterior que suspende temporalmente la deportación de jóvenes inmigrantes.

El programa, conocido por sus siglas en inglés DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals o Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), busca la suspensión temporal de las deportaciones de jóvenes que residan sin autorización legal que llegaron a Estados Unidos cuando niños, traídos por sus familiares, siempre y cuando no hayan sido condenados por delitos graves representen una amenaza a la seguridad pública.

Trump dijo a la prensa que “Amamos a los dreamers, amamos a todo el mundo”.

Las declaraciones surgen en momentos en que empresarios, activistas, obispos y hasta celebridades han lanzado una intensa campaña para evitar que Trump anule el programa.

Grupos defensores de los inmigrantes han protagonizado protestas a diario en medio del sofocante calor de Phoenix, realizado llamadas telefónicas al público en California, y marchado frente a la iglesia y la oficina del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan.

Obispos católicos de todo el país han enviado cartas el presidente para instarlo a mantener el programa. Los jefes de empresas como Microsoft, Apple, Google, Facebook y Starbucks han advertido que si el programa se anula, la economía sufrirá graves repercusiones.

Muchos inmigrantes podrían perder sus empleos al expirar sus autorizaciones laborales, o incluso podrían ser deportados, si Trump decide eliminar la medida.

Eli Oh, inmigrante de padres coreanos que vino al país cuando niño, y cuyos padres se quedaron aun después de haber expirado sus visas, dijo que trabajó como mesero por muchos años clandestinamente para poder financiar sus estudios de enfermería.

Oh, de 30 años y residente en San José, California, dijo que fue uno de los primeros en solicitar la asistencia del programa. Trabaja como enfermero en una unidad de primeros auxilios en el norte de California, y teme que si Trump elimina DACA, se quedará sin trabajo.

“Ahora estoy salvando vidas, prestando servicios médicos, pero quizás tenga que ser chofer de Uber para pagar la renta”, comentó.

El entonces presidente Barack Obama creó el programa en el 2012 y hasta ahora unos 800.000 inmigrantes que fueron traídos como niños ilegalmente al país han podido quedarse y trabajar.

Durante la campaña Trump arremetió contra el programa, tildándolo de “amnistía”. Luego ha confesado que es uno de los temas más difíciles que ha tenido que ponderar.