México, 3 Sep. (Notimex).- La «Operación Patria» está en marcha, y para la Banda Sinfónica de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) implica horas de ensayo, a fin de llegar al desfile militar del 16 de septiembre con interpretaciones de una «perfección inédita», para acompañar y marcar el paso de los diversos contingentes.
El «ceremonial militar» es una de las funciones principales que tiene este grupo de artistas; mientras que la otra es ofrecer conciertos que van desde Bellas Artes, con música clásica, hasta la comunidad más apartada, con interpretaciones regionales o popurrís populares.
«Llegamos al 16 de septiembre sabiendo perfectamente qué música interpretar, para quien interpretarla, qué contingente viene, y cuánto tiempo tiene que durar esa marcha», expresó
a Notimex, el teniente de corbeta del Servicio Músico Naval, y director de la Banda Sinfónica, David Pérez Olmedo.
Explicó que, a final de cuentas, «nosotros ayudamos a que el paso sea constante y motivamos a nuestros soldados, a nuestros marinos, a demostrar esa gran fuerza de voluntad que se tiene perteneciendo a esta institución».
En tanto, la teniente de navío músico naval Vilka Elisa Castillo Silva, quien conoce a la perfección la historia de la Banda Sinfónica, expresó que «es realmente difícil» imaginar una
ceremonia militar, como el desfile del 16 de septiembre, sin la participación de la Banda o de la Orquesta Sinfónica de las Fuerzas Armadas.
De hecho, recuerda que en las instituciones armadas hay gran cantidad de personal, y lo más lógico es comunicarse por sonidos, no tanto por palabras, dado el amplio espacio que
ocupan cuando están, por ejemplo, en formación, y por eso se utiliza la «corneta de órdenes».
«A veces no nos percatamos de eso, pero sí, tenemos el oído y debemos tenerlo abierto todo el tiempo, no nada más los músicos, sino todos los que nos desenvolvemos en cierto
espacio. El espacio militar no es la excepción, incluso es fundamental», anotó.
Comentó que en lo relativo a los conciertos y presentaciones en comunidades, los momentos parecen casi «mágicos», pues la fuerza de la música y la interpretación hace que se evoquen emociones y momentos especiales en cada persona, y después se acercan a saludarlos, felicitarlos o preguntar cómo se ingresa a la banda.
Pérez Olmedo tiene 30 años de edad, lleva poco más de un año de director, está postulado para obtener el Premio Nacional de la Juventud 2017, y define a las bandas de viento
como un «patrimonio intangible» de México.
Destacó que actualmente, el grupo se compone de 77 músicos y es considerado «la mejor Banda Sinfónica del país», porque «tiene calidad artística de primer mundo, sin duda» y
cuenta con procesos de ingreso como cualquier agrupación sinfónica profesional.
Reveló que en lo personal, ha sido un privilegio y una satisfacción dirigir a este grupo de músicos, luego de haber crecido en el mundo de las bandas sinfónicas y de viento en el
país.
Aclaró que la vida de un artista de este tipo tiene valores «muy comunes» con los que enarbolan las Fuerzas Armadas, como la responsabilidad, el trabajo en equipo, la puntualidad y el tener la capacidad de poder conjuntar voluntades y lograr objetivos «y esa ha sido mi vida, desde que tengo uso de razón».
«Entonces, realmente más que un reto, ha sido una satisfacción encontrarme en este mundo, sabiendo que hay estas posibilidades, que sí hay opción de vida artística a través de un sistema, como puede ser un sistema castrense», subrayó.
Destacó como uno de los principios y valores de la Marina-Armada de México, el acercamiento con la gente, para que la sociedad mexicana sepa la importancia de tener a las Fuerzas Armadas y de tener este contacto a través de la música.
«No nada más tocamos para el ceremonial militar y para nuestros marinos, sino que también esto lo compartimos con la sociedad», enfatizó.
Explicó que la diferencia entre una Orquesta Sinfónica y la Banda Sinfónica, es que la primera está compuesta en su mayoría de cuerdas (violines primeros, segundos, violas,
violonchelos, contrabajos y una dotación menor de alientos de madera y metal.
A su vez, la banda está integrada por instrumentos de alientos de madera, metal y percusiones, aunque algunas veces, para cierto repertorio, invitan a algún contrabajo o
violonchelo, de la familia de las cuerdas, para una perfecta interpretación».
La teniente Castillo Silva explica también que la Banda Sinfónica tiene 76 años de existencia, pues se fundó en 1941 por iniciativa del almirante Heriberto Jara, y contó con el apoyo del presidente Manuel Ávila Camacho.
Relata que en ese tiempo, la Secretaría de Marina estaba recién formada «y había una necesidad primordial por el ceremonial militar, quién iba a hacer ese ceremonial», y
encomendaron al capitán Estanislao García Espinosa, un músico de tradición de bandas muy renombrado en el momento, integrar el grupo.
Destacó que la banda tiene aspectos muy importantes que cubrir que son primordiales, como el ceremonial militar, sobre todo cuando hay momentos muy especiales en que hay que
fortalecer el presente o el pasado, a héroes o personalidades que han sido parte de la historia de México y de la Marina, e incluso en visitas de jefes de Estado y de Gobierno, donde tocan los himnos nacionales y amenizan reuniones.
En tanto, en los conciertos, «parece casi mágico el momento en que empezamos a tocar y ni siquiera hay que explicar», pues la fuerza de la música y la interpretación hace que se
unan los lazos con la gente «y que se evoquen emociones o se evoquen momentos muy especiales para las personas».
«O sea -explicó la teniente Castillo, quien en la banda es cornista-, estamos hablando no nada más de un contacto colectivo, sino también al mismo tiempo con las individualidades,
entonces es muy importante esos dos aspectos».