El miércoles 6 de septiembre, el sol liberó dos llamaradas de clase X, la categoría más poderosa. La segunda llamarada ha sido la más fuerte en una década. Como resultado, una tormenta magnética alcanzó la Tierra.
Las llamaradas solares ocurren cuando el campo magnético del sol se retuerce y se vuelve a conectar, haciendo explotar la energía hacia afuera y sobrecalentando la superficie solar.
Cuando las partículas generadas penetran el campo magnético del planeta, afectan los componentes electrónicos de los satélites, lo que puede derivar en apagones radioeléctricos, afectando las comunicaciones.