En el país, cuatro de cada 10 arrestados son sin una orden de aprehensión, lo detenidos sufren agresiones físicas y psicológicas, y dentro de la cárcel enfrentan hacinamiento y corrupción, reveló la primera  Encuesta Nacional de la Población Privada de la libertad (Enpol) del INEGI.

La encuesta que se llevó a cabo en 2016 con más de 64 mil encuestados, reveló que 41.5 por ciento de las personas consultadas fue arrestada sin una orden de detención; de manera precisa, 21.5 por ciento fue extraída de su casa sin el documento y 20 por ciento lo levantaron en la calle.

 

El 25.5 por ciento de la población que fue encarcelada en 2016 fue arrestada inmediatamente después de haber cometido el presunto delito, reveló el director general de Estadística de Gobierno, Seguridad Pública y Justicia, Adrián Franco Barrios.

En conferencia de prensa, precisó que 79.3 por ciento de la población privada de la libertad en 2016 fue esposada en el momento de su arresto, mientras que en 57.8 por ciento de los casos la autoridad empleó la fuerza física para someterla.

De las personas arrestadas, 75.6 por ciento sufrió algún tipo de violencia psicológica, como por ejemplo aislada e incomunicada (58.3 por ciento), amenazada con levantarle cargos falsos (52.5 por ciento), fue desvestida (46.2 por ciento), atados (40.2 por ciento), le vendaron los ojos o la cabeza (39.2 por ciento), le impidieron respirar (35.6 por ciento), entre otros.

Además, 63.8 por ciento de los arrestados sufrió una agresión física desde patadas o puñetazos (59 por ciento), golpes con objetos (39 por ciento), lesiones por aplastamiento (37 por ciento) descargas eléctricas (19.4 por ciento), quemaduras (6.5 por ciento).