Orgullosos de ser parte de un México milenario, que guarda en cada rincón una parte de la historia que lo marcó, los mexicanos celebramos 207 años del inicio de la independencia.
Con la bandera tricolor en alto, estandarte del país en el mundo; la música de mariachi; el atuendo típico de cada región; así como la gastronomía y bebida popular, festejamos en el mes patrio a la cultura mexicana.
Esta celebración es una oportunidad para dar cuenta de los tesoros milenarios que esconden cada uno de los 32 estados de la República Mexicana; en sus pueblos indígenas, en sus costumbres, tradiciones y en su riqueza natural.
Aunque la conmemoración del inicio de independencia es más significativa este 15 y 16 de septiembre, los mexicanos la festejamos todo el mes, como una muestra de agradecimiento a la valentía de los héroes que nos dieron libertad, pero al mismo tiempo es una forma de reconocer nuestra diversidad cultural.
Y es que el inicio de la independencia de México, que pasó a la historia como uno de los más significativos del país, inició en 1810 con el “Grito de Independencia”, protagonizado por el Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla en Dolores Hidalgo, Guanajuato.
De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Hidalgo adoptó los ideales independentistas que desde 1809, se extendían por el país a través de grupos liberales, ante el descontento con el régimen virreinal.
Señala que uno de éstos que fue el de Querétaro, encabezado por el corregidor Miguel Domínguez y su esposa, Josefa Ortiz, contaba a Hidalgo entre sus integrantes desde el año de 1810.
La dependencia federal señala que Hidalgo se dedicó a reclutar partidarios y a comprar o construir armamento, sin embargo, a principios de septiembre de 1810, la conspiración de Querétaro fue descubierta por el Gobierno Virreinal.
Fue la noche del 14 de septiembre cuando Allende llegó a Dolores pero tanto él como Hidalgo ignoraban las consecuencias de haber sido descubiertos; para entonces, varios de los conspiradores habían sido aprehendidos, pero doña Josefa Ortiz, durante la noche del 15 envió un mensaje al pueblo de Dolores, avisando a Hidalgo y los demás libertadores sobre el inminente peligro que corrían.
Sin esperas más tiempo, Hidalgo marchó a la cárcel de Dolores y puso en libertad a los presos, a quienes dotó con armas de la policía y el Regimiento de la Reina.
Durante la madrugada, Hidalgo tocó la campana de la iglesia para convocar al pueblo y al reunirse la multitud en el atrio de la parroquia, pronunció la histórica arenga y al grito de “Viva la América y mueran los gachupines”, se lanzó a la lucha por la independencia de México.
El 16 de septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo y Costilla salió de Dolores al frente del primer núcleo de lo que sería el Ejército Insurgente, en dirección a San Miguel el Grande, a donde llegaron al amanecer.
Allí se les unió el Regimiento de la Reina, así como una multitud de campesinos armados con lanzas, hondas y aperos de labranza. Días más tarde, Hidalgo, en Guadalajara, dictó la abolición de la esclavitud; del pago del tributo de los indios, y de varios impuestos injustos, todas ellas disposiciones radicales que dieron un duro golpe al régimen virreinal.
En el año 1812, y en conmemoración del inicio de aquella gesta independentista, Ignacio Rayón celebró el 16 de Septiembre, y en 1813 el generalísimo José María Morelos pidió al Congreso de Chilpancingo solemnizar todos los años la fecha del 16 de Septiembre como aniversario del inicio de la lucha por la independencia.
Desde 1825, bajo la presidencia de Guadalupe Victoria, esta fecha se convirtió en la fiesta nacional por excelencia y en 1885 el entonces presidente Porfirio Díaz cambió la ceremonia del 16 al 15 de septiembre.
La guerra de Independencia vivió muchos episodios a lo largo de más de 10 años de lucha, durante los cuales, miles de compatriotas ofrendaron su vida por la causa insurgente, sin embargo, los primeros caudillos no vivieron para ver el sueño realizado.