A 11 días del paso del huracán María en Puerto Rico, que tocó tierra como una tormenta de categoría 4, millones de personas siguen sin electricidad y agua, además de acceso limitado al gas y al dinero en efectivo.

La devastación que dejó María incluyó muchos caminos destruidos o bloqueados, el 80 por ciento de la red eléctrica inutilizable, pérdidas en las comunicaciones y una enorme escasez de combustibles, entre otros graves daños.

Los suministros de emergencia de alimentos, agua y gas han comenzado a llegar a los puertos, pero los camiones no pueden entregarlos en toda la isla.

De acuerdo con analistas, Puerto Rico podría convertirse para Donald Trump en lo que Nueva Orleans fue en 2005 para el entonces presidente George W. Bush, después del paso del huracán Katrina y la respuesta ineficiente de su gobierno.

«Estoy suplicando, suplicando a cualquiera que nos oye que nos salve de la muerte«, clamó visiblemente afectada la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz. «Estamos muriendo y nos están matando con su ineficiencia y burocracia«.

Sus palabras desesperadas se producen tras varias declaraciones triunfalistas del gobierno de Trump sobre una isla en la que los damnificados no ven que la ayuda les llegue.

La bicicleta, el transistor, las velas, linternas o, incluso, los mensajeros a pie que conectan pueblo con pueblo son figuras de un pasado que muy a su pesar han tenido que recuperar.

Sobre la situación de las comunicaciones inalámbricas en la isla, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) determinó que casi el 90 por ciento de las torres de transmisión inalámbrica aún están inoperativas.

Otro factor que hará más difícil los esfuerzos de recuperación y ayuda a los damnificados en la isla, con una población de 3.4 millones de personas, son las fuertes lluvias previstas para este fin de semana, advirtió el Servicio Meteorológico Nacional.

Aún así, los trabajadores de tropas y operaciones de socorro militares están mejorando las cadenas de suministro, y «verá más presencia, más equipos de apoyo a los municipios» en los próximos días, señaló el funcionario de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias Alejandro de la Campa.

Cuando el huracán María impacto contra la isla, la tormenta más poderosa en los últimos 90 años en Puerto Rico, se llevó el 80 por ciento de las líneas eléctricas de transmisión y distribución, de acuerdo con Ricardo Ramos, director ejecutivo de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) .

Ramos anticipó que el 50 por ciento de la potencia en la isla será restaurado en aproximadamente dos a tres meses.