El presidente rueo, recibió al rey Salman bien Abdelaziz de Arabia Saudí.

Moscú no cree en las alianzas imposibles, pero sí en las improbables. El Presidente Ruso, Vladimir Putin, recibió ayer en el Kremlin al rey Salman Bin Abdelaziz de Arabia Saudí, el primer monarca  de este país en visitar Rusia.

El Rey Salman expresó su voluntad de “fortalecer las relaciones en aras de la paz y seguridad, y en interés del desarrollo de la economía mundial”.

Mientras, los mercaos miraban. Arabia saudí es el mayor productor de OPEP, y Rusia un importante país perteneciente al grupo de los “no miembros”. Hablaron de petróleo, de armamento y del arreglo de conflictos como el sirio.

En el dorado salón del Kremlin, caminaron el uno hacia el otro sobre una interminable alfombra dos líderes rivales en casi todo. Competidores en el negocio del petróleo, apoyan a bandos opuestos en la guerra de Siria y cada uno mantiene alianzas con el “enemigo” del otro: EU o Irán en cada caso.

 

Pero los tiempos cambian, la progresiva retirada de EU como actor principal en Oriente Próximo es un hecho y Riad quiere un futuro tranquilo en el mercado energético y en el convulso vecindario en un momento de crisis y con vistas a una futura sucesión en el trono.

“Ésta es la primera visita de un rey Saudí en toda la historia de nuestras relaciones. Esto ya es de por sí un acontecimiento muy significativo”, afirmo Putin, que fue el primer jefe del Kremlin en visitar Arabia Saudí, en 2007.

Rusia y Arabia Saudí han estado en bandos opuestos en el conflicto sirio, ya que el Kremlin apoyó desde principio al régimen de Bashar al Asad; igual que hizo Irán, enemigo acérrimo de Riad, que respaldó abiertamente a la oposición. Moscú viene a suplir el vacío dejado por EEUU en esa zona del mundo, rica en petróleo y conflictos.

Con respecto a la tradicional amistad entre Arabia Saudí y Estados Unidos, Putin había comentado el día anterior que al fin y al cabo «todo cambia». Siempre puede haber espacio para el encuentro: con EEUU, el aliado imposible, hubo alguna esperanza con la llegada de Donald Trump al poder. Con Arabia Saudí, el amigo improbable, se abren márgenes de reconocimiento mutuo. Incluso en el ámbito sirio: el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, destacó recientemente los esfuerzos de Arabia Saudí a la hora de formar una delegación de la oposición con vistas a las negociaciones de paz de Ginebra.