Entre los reclamos de la oposición por la reubicación de última hora de más de dos centenares de centros de votación y los señalamientos de las autoridades de que algunos gobiernos extranjeros podrían desconocer los resultados, los venezolanos se preparan para elegir 23 gobernadores el domingo.
La votación se realiza dos meses después de unas protestas antigubernamentales que dejaron al menos 120 muertos entre mayo y agosto, y las tensiones generadas tras la instalación en agosto de la oficialista Asamblea Constituyente.
A pocas horas que se inicie la contienda a la que fueron convocados 18 millones de electores, las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE) anunciaron la instalación de casi la totalidad de las mesas. Asimismo, fueron desplegados unos 267 mil militares en los 23 estados y la región capital para garantizar la seguridad durante los comicios.
“Vamos a un proceso electoral en las peores condiciones”, afirmó el dirigente opositor y excandidato presidencial Henrique Capriles al condenar la decisión del CNE _ que controla el oficialismo _ de reubicar numerosos centros de votación, en los que tradicionalmente ganaba la oposición, a menos de 48 horas de la elección.
“La apuesta es que el pueblo no vote”, dijo el viernes Capriles, actual gobernador del estado central de Miranda quien no optará a la reelección, al reconocer que la medida de las autoridades electorales afecta a más de 200 mil electores.
Las proyecciones de algunas encuestadoras locales apuntan a que la oposición podría ganar entre 13 y 18 gobernaciones. La coalición opositora solo controla en la actualidad tres gobernaciones: Miranda, Lara y Amazonas.
El CNE reubicó durante esta semana 274 centros de votación, que representan 2 por ciento del total de recintos electorales que alcanzan a 13.559 en todo el país, anunció Socorro Hernández, una de las cinco directoras del ente electoral.
Hernández dijo el viernes en una entrevista con el canal local de noticias Globovisión que 204 centros fueron cambiados debido a que estaban ubicados en zonas donde se registraron las protestas pasadas, 70 centros presentaban problemas de infraestructura, y otros fueron trasladados porque algunos colegios privados se negaron a prestar las instalaciones.
“Nuevamente se trata de mentiras contra votos, de violencia contra la paz”, dijo la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, al defender la reubicación de los centros de votación y rechazar la declaración que realizó una portavoz del Departamento de Estado que criticó la falta de observadores internacionales.
A raíz de las protestas antigubernamentales, Estados Unidos y otros países mantienen un activo seguimiento de la situación de Venezuela y han impulsado un proceso de diálogo entre el gobierno y la oposición como salida a la crisis.
Por su parte, el canciller venezolano Jorge Arreaza denunció, sin presentar pruebas, que algunos gobiernos “sin ninguna moral en materia electoral y con sistemas electorales muy dudosos” pretenden desconocer los resultados de las elecciones de gobernadores.
Arreaza dijo el viernes, en un acto en la Cancillería con invitados internacionales que observarán las elecciones, que el gobierno tiene informaciones que la Unión Europea analiza sanciones contra Venezuela.
Luego de la instalación en agosto de la Asamblea Constituyente, que es desconocida por algunos gobiernos de la región, Estados Unidos sancionó a varios funcionarios venezolanos, entre ellos el presidente Nicolás Maduro, e impuso sanciones económicas al país suramericano.
Maduro anunció esta semana que los gobernadores electos deberán subordinarse a la Asamblea Constituyente, que desconoce la oposición, lo que hace prever que luego de los comicios recrudecerá la pugna entre el gobierno y la oposición venezolanos.
Venezuela está sumida en una compleja crisis con una inflación que se estima podría superar este año mil por ciento, una severa escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos, y una paralización económica.