El subdirector en jefe de la principal estación de radio de noticias de Rusia fue apuñalado por un atacante desconocido que irrumpió en sus estudios el lunes, el último de una serie de ataques contra periodistas y activistas de la oposición en Moscú.
El atacante irrumpió en sus estudios de Ekho Moskvy, que a menudo se ha descrito como la única estación de radio de noticias independiente de Rusia, y apuñaló a Tatiana Felgenhauer en la garganta, dijo el editor en jefe Alexei Venediktov.
El hombre roció gas en la cara de un guardia de seguridad en la entrada del edificio de oficinas en la planta baja y subió al piso 14, donde están los estudios de la estación.
Felgenhauer, quien es mejor conocida por ser coanfitriona de un popular programa matutino, fue llevada al hospital y su vida no corre peligro, dijo la estación.
Las críticas de Ekho Moskvy han irritado a muchos en el gobierno ruso, y sus anfitriones y periodistas han informado amenazas de muerte anteriormente.
Otra popular presentadora de Ekho Moskvy, Yulia Latynina, huyó de Rusia en septiembre tras un supuesto ataque incendiario contra su automóvil.
El portavoz de la Oficina del Fiscal General de Rusia describió el ataque como «escandaloso» y dijo que los fiscales investigarán el caso de cerca.
La agencia de noticias Tass citó a la policía de Moscú diciendo que sospechan que el hombre tenía un resentimiento personal contra Felgenhauer.
El canal de televisión estatal Rossiya 24 publicó un informe hace dos semanas que describía a la estación como «un brazo del Departamento de Estado de los EE. UU.» A quien se le paga por «sociedad desestabilizadora» antes de las elecciones presidenciales de Rusia en marzo.
El columnista Oleg Kashin, que sobrevivió en un brutal ataque en 2010 que nunca fue investigado adecuadamente, dijo en la estación de televisión Dozhd que «la sangre de Felgenhauer también está en manos de personas de Rossiya 24».
Dmitry Muratov, editor en jefe del periódico Novaya Gazeta, dice que el fracaso de las autoridades rusas para responder a los ataques recurrentes y las amenazas contra periodistas independientes, activistas y líderes de la oposición han posibilitado tales ataques.