Este lunes 23 de octubre las 10:30 de la mañana (hora local) María Esperanza Jiménez Ruiz quien era ciudadana española, fue asesinada en La Rocinha, en la zona sur de Río de Janeiro. Tenía 67 años cuando fue alcanzada por disparos de la policía militar.
Jiménez Ruíz estaba dentro de un transporte turístico que visitaba la mayor favela de la “ciudad maravillosa”, que cada vez es más violenta. La Policía Militar informó que el vehículo donde viajaba, un Fiat Freemont que era tripulado por el chofer (un guía italiano) y otros dos españoles, se siguió de frente haciendo caso omiso a un puesto de control que realizaba la fuerza de seguridad en Largo do Boiadeiro, uno de los puntos de mayor enfrentamiento que lleva adelante el estado contra el narcotráfico carioca.
Las autoridades afirman que el conductor pasó por alto la orden de detenerse y por ello decidieron abrir fuego haciendo que las balas atravesaran el vehículo hasta incrustarse en el cuerpo de Jiménez Ruiz quien quedo gravemente herida, fue llevada de inmediato al Hospital Municipal Miguel Couto donde perdió la vida.
Una hora antes de que el grupo de turístas comenzara su paseo, dos integrantes del Batallón de Choque resultaron heridos durante un enfrentamiento contra bandidos, en otras zonas de la favela también se reportaron incidentes.
La Rocinha pone desde hace meses en escena el fracaso de la política de seguridad y pacificación del Gobierno de Brasil. Después de meses que convirtieron a la favela en un verdadero territorio de disputa armada entre dos facciones del narcotráfico, el Comando Vermelho y Amigos de los Amigos.
El presidente interino, Michel Temer, ordenó la intervención de las Fuerzas Armadas y desplegó 1000 efectivos militares para reforzar las menguantes tareas de la Unidades de la Policía Pacificadora (UPP), un cuerpo sobre el cual pesaban denuncias de todo tipo, desde abusos contra los “favelados” y corrupción.