Los casi dos mil 300 delegados y miembros del Partido Comunista de China (PCCh) definieron el futuro del país en los próximos años, bajo el amparo del pensamiento de Xi Jinping de un «Socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era».

Tras la deliberación de los documentos presentados y proyecciones realizadas para los próximos años del gigante asiático se definieron entre otras acciones, la apertura económica, el libre comercio, prioridad a la calidad en el proceso de desarrollo, revisión de la Carta Magna de China, reformas para las empresas estatales, para hacerlas más fuertes y competitivas, y ampliar la unidad en el planeta para combatir el cambio climático.

El Comité Central escogió un Politburó de unas 25 personas, de las que siete formarán parte del Comité Permanente, el máximo órgano del poder del PCCh.

Al frente controlarán el régimen el próximo lustro, un grupo en el que predominan hombres muy cercanos al mandatario y en el que no se percibe un posible candidato a sucederle en la década venidera.

Son, por orden de jerarquía tras Xi y Li, Li Zhanshu (director de la Oficina General del PCCh y secretario personal de Xi), Wang Yang (viceprimer ministro), Wang Huning (histórico ideólogo del Partido), Zhao Leji (desde hoy también el responsable de la lucha anticorrupción) y Han Zheng (jefe del Partido en Shanghai).

Un grupo que sorprende por su relativamente avanzada edad -en Congresos anteriores se nombró a líderes por debajo de los 60 años, cifra que los siete rebasan- y que deja muchas dudas sobre qué cambios en el PCCh se traducirán en traspasos de poder en el Gobierno de China a partir de 2018.