Con 70 votos a favor, 10  en contra, 2 votos en blanco y 52 abstenciones en protesta, el Parlamento de Cataluña declaró la independencia y ordenó al presidente regional, Carles Puigdemont, tomar todas las medidas necesarias para ejecutar dicha medida.

La votación se realizó en urna, para no dejar constancia de quién votó a favor de la medida y evitar así ser condenados por la justicia española por el delito de rebelión. Los principales partidos de la oposición se marcharon, y el líder del Partido Popular, Xabier García Albiol, les llamó «cobardes» por no querer «dar la cara». Aun así, 8 de los 11 diputados opositores que permanecieron en la sala y votaron en contra mostraron en público sus votos para dejar en evidencia al resto.

El documento «pone en conocimiento» de la UE la creación de la república catalana, promete seguir aplicando las leyes internacionales, pide el reconocimiento internacional y una negociación con el Gobierno español para gestionar la independencia. Las instituciones europeas se han negado a reconocer el proceso y el resultado, y hoy mismo la Comisión Europea ha pedido diálogo «dentro de la Constitución española».