Aún tras la reubicación de El Tatos, en el penal de Neza-Bordo continúan las torturas y extorsiones, pues otros grupos en contubernio con los custodios controlan los cobros a presos y visitantes, quienes deben pagar para, además de evitar las golpizas, ingresar comida o incluso conseguir un espacio para que su familiar pueda dormir.
Las cuotas para los familiares de los reos rondan entre los 50 y 70 pesos sólo para ingresar a los Ceresos como Neza–Bordo y Chiconautla; para un dormitorio, se deben desembolsar 150 pesos y 600 por uno de los llamados “camarotes”.
La esposa de un preso asegura que para ver la televisión se paga entre 80 y 90 pesos a la semana; en total, destina de 300 a 400 pesos para que su marido esté en el penal.
Un video difundido la semana pasada mostró las torturas a las que los reclusos son sometidos por no pagar las cuotas que exigen las bandas. Los métodos empleados van desde los golpes hasta las quemaduras.
Dichos videos son para extorsionar a familiares de los reos y que estos entreguen dinero.
El Tatos, fue identificado como el líder extorsionador en Neza-Bordo y trasladado a otra cárcel; en tanto, el director del penal, José Duarte Franco, fue destituido.
Señala CNDH deficiencias en penales
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dirigió una recomendación al comisionado nacional de Seguridad Pública, Renato Sales Heredia, ante las situaciones que afectan la reinserción social en el sistema penitenciario mexicano, con factores de riesgo en materia de tortura, maltrato, insuficiencia de recursos humanos y de acciones para la protección de la salud.
El documento indica que el personal de seguridad, vigilancia y custodia es insuficiente en siete de los ocho penales federales que operan en el país.