En 1972 había en México 20 periodistas culturales serios, reconocidos y en pleno ejercicio. Hoy existen alrededor de 300, de diversa formación, distintas líneas editoriales y variadas ideologías, todos inmersos en una gama infinita de intereses; entonces “existía el periodismo cultural, no el diarismo cultural”, dice Fernando de Ita.

Entrevistado por Notimex, el crítico de arte teatral y periodista nacido en Llanos de Apan, Hidalgo, en 1947, quien también ha escrito teatro y dirigido algunas de sus obras, refirió que desde el siglo XVIII México tiene una importante historia cultural en suplementos y revistas, sin embargo, durante años el diarismo cultural fue inexistente.

“Fue hasta entrada la segunda mitad del siglo XX cuando el periodista Manuel Becerra Acosta, hombre de gran cultura, fundó el diario ´UnomásUno´, el 14 de noviembre de 1977, y de esa forma se impulsó al diarismo cultural en este país”, recordó.

Al hacer otra referencia del periodismo cultural, recordó que la aventura cervantina comenzó en 1953, en la ciudad de Guanajuato, donde Enrique Ruelas ideó rendir homenaje a Miguel de Cervantes Saavedra, y durante 20 años montó los «Entremeses Cervantinos» en calles de la urbe colonia.

La aceptación pública cada vez fue mayor hasta que en 1972 se estableció el Festival Internacional Cervantino (FIC), con lo que los ojos del mundo voltearon la vista en reconocimiento al programa artístico que llegó a México.

Fue un caso inédito, continuó, los pequeños (más no por ello menos grandiosos) «Entremeses Cervantinos» dieron a luz ese año al Cervantino, y hoy decir Guanajuato en cualquier parte del mundo es hablar de Cervantes. “En parte, este festival detonó al diarismo cultural”, agregó quien vivió esos épicos años dorados.

Recordó que fue tan grande la recepción que los medios de comunicación dieron al FIC, que incluso diarios como el «Esto», dedicado entonces básicamente a la difusión de actividades deportivas y de espectáculos, abrieron páginas a la cultura. “El festival fue escuela para los periodistas del diarismo cultural mexicano”, subrayó.

Los mejores músicos y los más prestigiados directores de orquesta, los dramaturgos y los actores más reputados, los creadores e intérpretes de las diferentes artes escénicas, se dieron cita en Guanajuato para tomar parte en el FIC, que si bien nació con vocación teatral, con el paso del tiempo se abrió a todas las bellas artes.

En esos años no existía internet, por eso saber “reportear” era básico para sobrevivir en el medio. “Por citar un ejemplo, si venía el polaco Tadeusz Kantor (Wielopole 1915-Cracovia 1990), el mejor dramaturgo, escenógrafo y director teatral de su época, había que conocer su trayectoria y su obra, o correr a la biblioteca para documentarse”, anotó.

Inicialmente, el festival se realizaba en mayo, temporada de sequía, para que la lluvia no afectara los elegantes vestidos de las damas o arruinara los trajes de los caballeros. Era una hermosura ver grupos de amantes del arte entrar o salir del Teatro Cervantes, del Principal o del Juárez. Pero el pueblo se quedaba sin agua, pues los hoteles la acaparaban, dijo De Ita.

Cuando alguien se percató de esa situación, pensó en trasladar al festival a octubre y finalmente así sucedió, y hasta la actualidad se lleva a cabo en el mencionado mes.

En entrevistado mencionó que entre otras muchas cosas, desde el festival se pueden observar en perspectiva los cambios y evoluciones del país. “Los reporteros de entonces jugábamos futbol en el Jardín Unión, actividad impensable ahí en la actualidad; cambio el país y el periodismo, pero no el deseo de abrevar arte y cultura”.

Persiste el anhelo de ver y escuchar manifestaciones artísticas que cambian a las personas en su interior, señaló al mencionaro que, tras los sismos de septiembre pasado la cultura reconforta ante la tragedia. “No reconstruye casas ni revive muertos, pero nos ayuda a seguir viviendo. En mi caso, el teatro ha sido parte de mi vida y en el proceso, el festival me ha ayudado”.

Para este decano periodista cultural evocar esos días es un gozo evidente. “Todos éramos amigos y, sin embargo, luchábamos ferozmente por ganar la nota, por tener la entrevista exclusiva o por tener información privilegiada. Soñábamos porque nuestras notas fueran publicadas a ocho columnas, es decir, que fuera la noticia principal de la página cultural”.

Fernando de Ita, quien estos días celebra 40 años de cubrir las actividades del Cervantino, señaló que hoy, en cambio, «son pocos los periodistas que luchan por la nota exclusiva. O por ser quien da a conocer un acontecimiento de interés general antes que todos los demás”.

Desde su memoria puso en relieve que la lista de las celebridades del arte que han pisado escenarios del Festival Cervantino es un catálogo de lo más grande que ha dado el mundo moderno, y aseveró que “por ningún otro país de lengua española han pasado tantas figuras del teatro como en el FIC”.

Orgulloso, aseguró que se trata del festival más importante de Iberoamérica, incluyendo a España, que al presente realiza destacados encuentros de cine, música, danza y teatro, pero el Cervantino es el único que tiene todas las disciplinas de las artes escénicas en su programación, por eso su despliegue tan impresionante de público, artistas y escenarios.

Por último, consideró que “el festival tiene que sobrevivir a partir de las nuevas tendencias de las artes escénicas. Si el mundo está cambiando en todos sentidos, también están cambiando las artes y eso lo vemos en propuestas muy avanzadas, y se debe apostar por los jóvenes, futuro del país”.