El próximo 30 de noviembre, el doctor Agustín Guillermo Carstens Carstens se despide de la política monetaria y financiera de México.
El economista, funcionario y hacendario de organismos financieros internacionales, actualmente es gobernador del Banco de México, sin embargo dejará su cargo en medio de la aparente renegociación del tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá y las continuas amenazas al país desde la Casa Blanca.
Carstens se va en momentos en que los consumidores mexicanos enfrentan precios más altos. La inflación hasta septiembre llegó a 6,35%, un nivel que superó el objetivo del banco de 3% +/- un punto porcentual, ante el alza de las gasolinas al inicio del año y la depreciación de la moneda.
«Me gustaría que la foto de cierre hubiera sido mejor pero pues así me tocó, pero sí me voy con la satisfacción de que cuando menos dejo la inflación encaminada ya a una tendencia convergente hacia la meta del Banco de México», dice Carstens al confiar en que al inicio del próximo año habrá un descenso en el nivel de precios.
Por ello, el funcionario aconseja que quien lo sustituya debe concentrarse en vigilar la inflación.»Obtener una inflación baja y estable es para mí una condición necesaria para aspirar a un mayor crecimiento»
Además señala que la relación de México con Estados Unidos, su mayor socio comercial de México y destino del 80% de las exportaciones, es uno de los retos a enfrentar.
Por ello, considera que en caso de no haber tratado de libre comercio «habría comercio internacional con Estados Unidos» por la complementación de ambas economías y la cercanía geográfica, aunque en el corto plazo puede haber complicaciones.
Para Carstens, que llegó a la dirección del banco central en 2010, el siguiente paso tomar son las riendas del Banco de Pagos Internacionales (BPI), cuyas oficinas se encuentran en Basilea, Suiza.
Mientras tanto en México se espera que el presidente Enrique Peña Nieto, una vez a la salida del economista, nombre a su nuevo sucesor.