Rodrigo de la Rosa Villa, teniente coronel de Infantería, dijo con orgullo «Con la actuación del Ejército mexicano en la aplicación del Plan DN-III-E, la gente queda muy agradecida», uno de los mandos encargados de las Fuerzas de Tarea de Emergencia en el Valle de México.
En el caso del sismo del 19 de septiembre pasado, tuvieron una «activación inmediata», y salieron a proporcionar el apoyo en las áreas colapsadas, principalmente en las colonias que componen la zona centro de la CDMX.
El Plan DN-III-E, como parte importante del Sistema Nacional de Protección Civil, ha sido reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por diferentes países y a nivel nacional por la población civil.
«Desgraciadamente, la mayoría de personas no se percatan porque no han sufrido alguna eventualidad, pero con las inundaciones, los terremotos, lo que ha estado pasando últimamente se ha hecho de manifiesto y la gente queda muy agradecida», comentó.
La Fuerza de Tarea de Emergencia del Valle de México, que se concentra en el Campo Militar 1-A, se compone por un jefe, en este caso el teniente coronel Rodrigo de la Rosa, que se mantiene en servicio por un lapso de 24 horas, de manera conjunta con 20 oficiales y 483 elementos de tropa, y son relevados por igual número de efectivos.
Señaló que ese sería «el equipo mínimo para responder a la emergencia», pues dependiendo de la magnitud de la misma, se puede llegar a incrementar hasta dos mil 700 elementos, ya con los distintos componentes de los agrupamientos terrestre y aéreo.
Explicó que su misión es la aplicación del Plan DN-III-E, con el cual se ha proporcionado apoyo a nivel internacional, como en el caso del terremoto de Haití, en 2010, las inundaciones en la entidad estadounidenese de Louisiana, en 2016; además de que se ha dado capacitación sobre su funcionamiento y operación a ejércitos de países amigos.
Explicó que las Fuerzas de Tarea de Emergencia en el Valle de México representan un «organismo circunstancial», cuya misión es apoyar a los mandos de la región que hayan sido rebasados por un desastre natural u ocasionado por el hombre, para incrementar su poder de acción.
En el caso del sismo del 19 de septiembre, su activación en la Ciudad de México fue inmediata, pero de tratarse de alguna eventualidad en algún estado de la República, «se activa a órdenes del alto mando», precisamente para incrementar el poder de las tropas locales, si es que son rebasadas por la emergencia».
Las fuerzas cuentan con dos componentes, el primero de los cuales es el terrestre, integrado por equipos de búsqueda y rescate, evacuación, salvamento, establecimiento de albergues temporales, de cocinas comunitarias, ingenieros, servicios «y todas aquellas actividades relacionadas, propias del desastre».
El segundo es el agrupamiento aéreo cuenta con aeronaves de ala rotativa, es decir, helicópteros que permiten el traslado de ayuda humanitaria y personas, así como establecer los llamados «puentes aéreos».
También, tienen equipos de ala fija, como pueden ser los aviones Hércules y otros de su tipo, hasta aeronaves más pequeñas, también para transporte de carga y personal.
Insistió en que estas fuerzas se hacen presentes en inundaciones, terremotos, deslaves y todo tipo de fenómenos naturales, y pueden entrar en operación a cualquier hora del día o de la noche, porque «estamos siempre listos para activarnos y responder ante cualquier emergencia».